William Siliézar
@DiarioCoLatino
La construcción del paso a desnivel en la zona conocida como Rancho Navarra promete, entre muchas cosas, solucionar el congestionamiento vehicular con una enorme inversión proveniente del bolsillo de los salvadoreños, según Gerson Martínez, ministro de Obras Públicas.
En ese sentido, Rodrigo Barahona Escalante, presidente de la Corte de Cuentas de la República, se presentó al lugar para una auditoría sobre los procesos de licitación del diseño y contratistas del proyecto con el fin de hacer transparente las funciones públicas.
El Fondo de Conservación Vial (FOVIAL) inició las obras a finales de mayo de este año, las cuales tendrán una duración de doce meses. Se estima que los 600 mil conductores que circulan diariamente en la zona sean los beneficiados.
“Las obras millonarias y de gran complejidad serán verificadas, cuyas auditorías son ejecutadas con base a nuestra ley para ir desarrollando mecanismos preventivos en el lugar, y así, lograr la integridad y caridad de los efectos constructivos y materiales utilizados, dando la oportunidad, pertinencia y veracidad de los impuestos invertidos”, señaló el presidente de la Corte.
Barahona destacó que las ventajas de las auditorías también permiten garantizar un trabajo objetivo en la construcción de las obras y tomar decisiones en caso de no estar de acuerdo con las buenas prácticas de ingeniería y margen legal.
El paso a desnivel en la intercepción de la antigua calle a Huizúcar y carretera al aeropuerto será de seis carriles, tres de ellos que conducirán a San Salvador y tres hacia Comalapa. Asimismo, contará con un sistema de pasarelas internas y un redondel aéreo.
La obra tiene una inversión de $21 millones de dólares que, según declaraciones del ministro de Obras Públicas, no provienen de los fondos del MOP, sino de los impuestos que la población paga cada mes. Gerson Martínez, ministro de Obras Públicas, dijo que en obras como esta las rendiciones de cuentas a la población deben ser diarias, además las consideró importante ya que contribuye a que haya más confianza en las instituciones estatales y más transparencia.
“La idea es que nos sometamos a auditorías integrales, es importante que se tenga un control de número y calidad de materiales, que todo esté bajo control para realizar calidad de proceso y calidad de obras”, agregó.
Manifestó, además, que “la política pública no debe ser de actuación (fingida), sino de realidad”, pues es necesario “tener al sujeto a control de cuentas”, es decir, que se conozca la forma de trabajo y si las inversiones que se hacen son en realidad beneficiarán a las mayorías.