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COSAVI y el aviso de lo que podría venir

Por Leonel Herrera*

Por fortuna el escandaloso fraude financiero de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa Victoria (COSAVI de R.L.) no ha pasado desapercibido. En medios de comunicación y redes sociales se ha señalado la afectación a los ahorrantes y el hecho de que entre los detenidos por la Fiscalía General de la República (FGR) no estén algunos de los verdaderos culpables del millonario desfalco.

También se menciona la responsabilidad de algunas instituciones públicas y ciertos personeros del oficialismo, especialmente las alcaldías que adeudan más de 21 millones de dólares a COSAVI y las omisiones de las instancias reguladoras o contraloras de este tipo de entidades financieras, sobre todo la Superintendencia de Sistema Financiero.

Además, al calor de este caso han aparecido más denuncias de fraudes financieros en otras cooperativas de ahorro y préstamo, lo cual sugiere que el fraude de los 35 millones de dólares de COSAVI no es el único desfalco contra los ahorrantes.

Sin embargo, hay un elemento aún más delicado que debería alertar a la población: la posibilidad de que el fraude de COSAVI sea el aviso de un eventual desfalco mucho más grave que genere un colapso financiero, una grave crisis económica y un estallido social impensable hasta ahora.

Como han publicado varios medios periodísticos y denunciado algunos economistas, en su desmedida política de endeudamiento el gobierno de Nayib Bukele ha venido tomándose los fondos del sistema de pensiones y obligando a la banca privada a prestarle cada vez más dinero.

Según datos del propio Banco Central de Reserva (BCR) citados por El Diario de Hoy y otros medios, sólo entre abril de 2023 y febrero de 2024 el gobierno se tomó casi 1,400 millones de dólares de los fondos de pensiones, a través de los Certificados de Obligaciones Provisionales (COP).

Los COP fueron creados por la reforma previsional aprobada por el oficialismo el 22 de diciembre de 2022. Según denunciaron analistas críticos, en dicha reforma la administración Bukele mantuvo el obsceno negocio de las Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones (AFPs), a cambio de que éstas le prestaron más dinero.

Si este galopante endeudamiento público con los fondos de pensiones continua, muy pronto las personas jubiladas podrían quedarse sin pensiones y las cotizaciones de los trabajadores podrían desaparecer.

Esto mismo podría sucederle a los ahorrantes de los bancos privados. El gobierno ha venido obligándolos a comprarle cada vez más deuda de corto plazo a través de Letras del Tesoro (LETES) y Certificados del Tesoro (CETES), lo cual pone en riesgo la liquidez de los bancos debido al impago gubernamental.

El impago del gobierno es tal que en agosto y septiembre del año pasado, el Ministerio de Hacienda pactó con los bancos reconvertir la deuda de corto plazo a mediano plazo, pasando de 2 a 7 años el tiempo de pago.

Y el peligro de la falta de liquidez de los bancos también ya es evidente, tanto que el 21 de marzo de este año el bukelismo aprobó exenciones para los depósitos bancarios y movimientos de capitales internacionales con el objetivo de hacer llegar dinero a los bancos para que éstos le puedan seguir prestando.

Tal situación indica que si la banca sigue comprando deuda al gobierno y éste no cumple con los pagos, los bancos podrían caer en falta de liquidez y provocar una crisis como la de Argentina en 2001, en la que los ahorrantes podrían perder su dinero o -al meno- no tenerlo disponible por algún tiempo.

Por tanto, a los afectados por el fraude de COSAVI y otras entidades de ahorro y préstamo, podrían sumarse los jubilados y cotizantes del sistema de pensiones y los ahorrantes del sistema bancario.

Así que para no llegar a tan desfavorable situación es urgente que la población despierte y se exprese contra la desenfrenada, irresponsable e insostenible política de endeudamiento gubernamental; y exija que el déficit de las finanzas públicas se resuelva a través de una reforma fiscal progresiva donde “paguen más quienes tienen más”, en vez de abusar del dinero de los jubilados, los cotizantes y los ahorrantes.

Ojalá que así sea.

*Periodista y activista  social.

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