César Ramírez
@caralvasalvador
La tragedia nos rodea, la proximidad del contagio con el coronavirus ha dejado de ser “el allá” del continente asiático para convertirse en “el acá” a unos metros de las residencias, rondando los sitios de trabajo, vecinos, familias en ese ritmo implacable del patógeno que invade nuestra nación y el planeta.
Deseo destacar tres factores que pueden cambiar la situación: 1° El manejo de información estatal debe ser transparente para recuperar la confianza del pueblo. 2° La dirección de salud debe aceptar a los profesionales expertos sobre el tema 3° Recuperar la unidad nacional ante la pandemia.
El tratamiento de la pandemia se debe graficar con resultados verificables, así un cerco sanitario debe reportar los casos sospechosos, casos positivos, zonas contagiadas residenciales etc. con ayuda de brigadas médicas que brinden tratamiento y un manual de distanciamiento, esas brigadas irán casa por casa, dictando prevención a las familias e indicando restricción a otros, en coordinación con entidades privadas e instituciones afines, porque la batalla se ganará calle por calle, casa por casa y por supuesto con la contención de los Hospitales en todas la líneas defensivas.
Según el artículo: “Coronavirus: el modelo que muestra cómo evitar medio millón de muertes por COVID-19 en Latinoamérica” de BBC 06/JUL/2020, el modelo IHME propuesto por Rafael Lozano considera que si el 03/JUL/2020 habían 191 muertes al 01/OCT/2020 habrán 4,357 nuestra nación, no obstante la cifra puede disminuir si la población asimila el enorme riesgo que implica salir sin medidas preventivas.
Debemos insistir en la unidad nacional, la división es evidente, mientras en los cementerios, hospitales, campos o áreas habitacionales nos comunican del luto que envuelve a nuestra sociedad, los fallecidos no son colores políticos son hermanos y hermanas, padres, hijos, hijas, amigos que han construido la historia popular, ellos somos nosotros.
Construir la unidad nacional es trabajar juntos por la credibilidad de los procesos contra la pandemia, si los cálculos son correctos de cuatro mil trescientos cincuenta y siete muertos al 1° de octubre, el número de contagios -en mi opinión- será aproximadamente 153,522 una cifra que nuestro modelo de salud no podrá soportar.
La historia del luto tiene nombre de amigos, familias contagiadas, otros en su estado inconsciente les niegan la transfusión sanguínea sus familiares, a pesar que el amigo no pertenecía esa secta fanática; mientras los médicos abnegados perseveran en su misión humanitaria. Construyamos la unidad nacional eliminando la desconfianza política.