Creación y cambios

Nueva fotografia_BITACORA_TRESMILMauricio Vallejo Márquez
coordinador
Suplemento Tres mil

Mientras veía por primera vez la Guerra de las galaxias (Star wars), viagra la pantalla mostraba los personajes con intercomunicadores de los que no sólo emitía sonido, sildenafil sino también hologramas. Así como las naves espaciales, androides y una gama de productos tecnológicos que sólo los creía reales en sueños. La ciencia ficción era fantasía para mí, no un preámbulo del futuro.
No me imaginé que en pocos años un día andaríamos en la mano instrumentos parecidos. Estaba en la década de 1980 cuando los pasaban en una franja televisiva de vacaciones llamada Gente Chica junto a otra selección animosa de películas y caricaturas. Ni por cerca imaginé que un día incluso vería robots y tantos avances tecnológicos en nuestra cotidianidad.
Todos estos cambios no fueran posibles si no existiera la apertura para evolucionar y estar dispuestos a los cambios, y a mejorar. La misma modernidad nos hace dar ese paso que lo vemos en la tecnología y por supuesto con el pensamiento. Las ideas llegan a alimentarse cuando hay disposición para que se den.
Ahora que llevamos en las manos celulares, palms y otros me doy cuenta que sólo la apertura para cambiar o evolucionar nos permite avanzar. Darnos cuenta que el mundo y el tiempo tienen otras posibilidades que sólo llegan a mostrarse o a realizarse si nosotros estamos dispuestos a esos cambios, por simples que parezcan. Julio Verne se imaginó un viaje a la luna, un submarino y tantas cosas más que ahora son una realidad. Todo comenzó con una visión. Cada invento nació de una necesidad y de que una persona se interesó por encontrarle una solución o sólo el gusto de emprender una obra hermosa.
Cada una de las acciones que desarrollamos tienen una razón, nada se hace sólo por darse aunque parezca ilógico. Incluso el supuesto nimio hecho de entretener o de gustar s suficientemente digno de dar en algún momento esas historias pueden un día lograr cambios en el mundo.
Verne no se imaginó que al escribir del capitán Nemo y su Nautilo (submarino) desencadenaría en otros individuos el ánimo suficiente para que se probaran modelos prototipos que en nuestra época existen con independencia al resultado de su uso. Tampoco se cuestionó si alguna nación emprendería los viajes espaciales. Sin embargo, son una realidad, incluso hay viajes turísticos al rededor del planeta y miles de satélites artificiales rodean la Tierra.
He escuchado a algunos afirmar que no es necesario hacer algo nuevo porque ya no existe nada por crearse, que todo está hecho. Sin embargo so mismo le pudieron decir en su momento a Leonardo da Vinci, Albert Einstein y a tantos más. Así como se les habrá querido frenar el genio creador a Rubén Darío y a César Vallejo en poesía y a otros creadores en las diferentes disciplinas artísticas, deportivas y de ocio en las que la creación es fundamental para innovar.
La creación se detiene, el mundo se detendrá. Sin creación volveríamos de nuevo a un tiempo oscuro, sin sueños y carente de inspiración para revolucionar el mundo. Y eso no es y no debe ser porque el universo surgió de una creación, así como de la aceptación de la misma. Creemos.

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