Dr. H. Spencer Lewis, F.R.C. (No. 2)
Pasado Imperator de AMORC (De la Revista El Rosacruz, mayo de 1949)
No hay que esperar
El futuro de cada uno de nosotros puede ser el que precisamente hayamos formado. Pero no debemos esperar hasta que estemos en el futuro o hasta que lleguemos al nuevo valle de la nueva tierra para entonces empezar nuestros planes para el estado, la casa, los jardines, el huerto, las minas, de los cuales obtendremos nuestro bienestar y todo lo que necesitemos.
Hemos de visualizar cada detalle, debemos pintar en todo el cuadro e irle agregando todos nuestros ensueños y meditaciones, hasta que llegue a ser una cosa viviente en nuestra existencia, no en el futuro, sino en el presente. Debemos considerarnos como de pie en el borde de este cuadro, a punto de echar a andar dentro de él y principiar a lograr todo lo que hayamos creado.
Si hacemos esto, los obstáculos que ahora nos parecen alzarse frente a nosotros quedarán dominados y negados en nuestra ambición, en nuestra determinación de cruzar la línea que separa el presente del futuro, para vivir en el cuadro que nos hemos formado. Esa visualización o creación no solo nos dará la atracción y la seducción que nos llama, sino también el estímulo y la determinación, la fe y el poder, para ir más allá de los obstáculos presentes.
No hay limitación para lo que la mente puede crear en su imaginación. No hay castillos demasiado altos, ni casas demasiado grandes, ni estados demasiado extensos, ni partes del país demasiado bellas o demasiado fértiles, para la mente que visualiza. El mundo es nuestro cuando se trata de formar el cuadro mental de lo que queremos y de lo que hemos de tener. Además, la historia de la civilización prueba que no hay límite a la creación de las cosas materiales que el hombre ha visualizado.
Todos los sueños pueden hacerse realidades
Toda la historia de las proezas del hombre, desde el principio del mundo, prueba que lo que él ha visualizado mentalmente puede llevarlo a la realización verdadera. Los sueños de los hombres de antaño, que parecían vagos, indefinidos, imposibles, hoy se nos presentan en sorprendentes realidades concretas, y despertamos de nuestra duda e incredulidad para comprender que mientras nosotros desconfiamos y dudamos, otra mente maestra torna un sueño en realidad, y las cosas imposibles del soñador de ayer son las cosas materiales que se nos ofrecen hoy.
Conforme analizamos las creaciones del hombre y sus triunfos nos impresiona un hecho de los más sobresalientes, a saber: que el que nunca sueña o nunca pinta un cuadro mental, nunca crea ni una sola cosa en el mundo de las realidades. A nuestro alrededor vemos a aquellos que han formado y construido para sí mismos las cosas que tienen, y hay otros que están en la pobreza o que no pueden satisfacer sus necesidades actuales que no tienen visión, que jamás intentaron crear en su propia mente ni una sola cosa, y que dependen de las creaciones de los demás y de los donativos que pueden llegarles por caridad.
¿Quién quiere ser usted, el creador de su vida y el constructor de las cosas que necesita, o el que debe tomar lo que abandona la generosidad de otros, lo que se da a usted a cambio de las labores más duras o lo que se le niega por completo? ¿Quiere usted ser el siervo y el mercenario que acepta de las manos de un amo las cosas que este ha hecho y que ya no necesita, o aquello que de modo caritativo quiere compartir con usted parcial o incompletamente? ¿O quiere ser usted el creador y hacer las cosas que quiere y llevarlas a la realidad en su vida, de modo que usted no dependa de nadie ni de nada, excepto del gran poder creador que reside dentro de usted mismo?
Dios le ha dado el mismo poder creador que Él posee, y Él ha hecho este mundo bello y feliz para todas las criaturas vivientes. Esta gracia es suya por derecho de nacimiento y solo usted resuelve si ha de emplear este poder o ha de ignorarlo.
Avance, sálgase de su estrecha visión de obstáculos que parecen rodearlo y cierre sus ojos a ellos por un momento y forme un nuevo cuadro. Aparte el pasado y el presente de su consideración, y forme una nueva vida, un nuevo día, desde mañana u hoy mismo.