Licenciada Norma Guevara de Ramirios
Sí es relevante tener gratuidad para estudiar en la Universidad de El Salvador. A partir de este año para quienes ya estudian y obtuvieron su título de bachiller en cualquiera de los institutos nacionales del país. Es igualmente relevante el empeño del Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén por librarnos del analfabetismo, a través del impulso de la educación inicial y el manejo de las tecnologías del aprendizaje. Estos esfuerzos expresan la prioridad dada a la educación, dentro de un proceso y en una sola dirección: alcanzar el sueño de ser un país PRODUCTIVO, EDUCADO Y SEGURO.
El Programa de Alfabetización es un empeño del Presidente desde antes de ser Presidente. Justamente cuando era coordinador general del FMLN, junto al compañero Schafik Hándal emprendieron una campaña que inició con la búsqueda de apoyo profesional nacional y de expertos cubanos para producir una cartilla de alfabetización. Fue así como en muchos municipios del país inició la búsqueda de un sueño, sueño que, en el plano individual, representa para cada persona mayor de 15 años que no pudo ir a la escuela, salir de la oscuridad, dejar de sentirse mal por no saber leer ni escribir o hacer los cálculos matemáticos tan necesarios en la vida cotidiana.
Desde su condición de vicepresidente y ministro de Educación ad honoren, el Presidente Sánchez Cerén retomó este sueño, y más allá de las limitaciones financieras, se diseñó dicho programa, incorporando así ese principio establecido en la Constitución: “la alfabetización es de interés social”. Incorporó el voluntariado de adolescentes, jóvenes estudiantes y maestros, lo que permitió el despegue de un programa de alto sentido humanista, cultural y de justicia.
Ese programa ha mantenido su impulso y nos acerca cada vez más a ser declarados LIBRES DE ANALFABETISMO. No es un programa fácil, supone un rigor social, pedagógico, de política pública ejemplar. Supone censar en cada territorio a la población en condición de analfabetismo, que mayoritariamente es femenina, ganar su voluntad, para emprender dentro de un círculo de alfabetización la misión de aprender y vigilar por parte de las autoridades que ese proceso se cumpla.
Aunque el esfuerzo pueda realizarse en todo el territorio, cuando las autoridades locales, del partido que sean, se comprometen a fondo, se ha podido declarar a esos municipios libres de analfabetismo.
Comacarán, en San Miguel, fue el primer municipio declarado libre de analfabetismo, y al mismo siguieron otros y otros. En el departamento de San Salvador, donde la población es mayor, se han declarado libres de analfabetismo los municipios de San Marcos, El Paisnal, Ciudad Delgado y Cuscatancingo, y se espera que antes de que finalice enero, se declare también a Mejicanos como municipio libre de analfabetismo.
Más de 300 mil personas se han alfabetizado, más de 60 mil voluntarios han participado desde 2010 a la fecha, algunos han mostrado su altruismo, y al enseñar también han aprendido a ser mejores personas, que tienen la satisfacción de ser parte de una labor noble y ennoblecedora; otros jóvenes han participado en este programa como una forma de cumplir las horas de servicio social que la currícula exige para finalizar el bachillerato, y es igualmente hermoso que sea esta la forma de hacerlo.
El sistema educativo, sin duda, requiere de mayores inversiones de las que hoy se tienen, pero los logros que va alcanzando el país, con los recursos presupuestarios de que se dispone, son impresionantes, ya que cubren diversas facetas de la necesidad educativa de un país. Apoyo al estudiantado con su gratuidad en bachillerato desde 2009, apoyo con uniformes, cuadernos, zapatos y alimento escolar, incorporación de la familia en los círculos de educación inicial, introducción de la computadora a las escuelas, capacitación docente en diferentes disciplinas, mantenimiento de una oferta de educación técnica, a través de instituciones privadas, modalidades flexibles para el retorno o continuidad de estudios a jóvenes; importantes programas de becas, cambio gradual a la escuela de tiempo pleno, entre otros cambios, han marcado positivamente la vida de muchos jóvenes.
Qué bueno sería que los críticos del gobierno sumaran su esfuerzo para avanzar más velozmente en el campo de la educación, que las Universidades Privadas aceptaran estudiantes y les becaran, en la misma proporción de las ganancias no invertidas, que, como entes de derecho público, deben hacer. O que sumaran a estudiantes como los de bachillerato a la gran misión de culminar la alfabetización completa de nuestro pueblo, reconociéndoles esa labor como horas sociales, y que también la educación superior necesita para culminar una carrera.
Cualquier avance en educación básica, media y superior será mejor una vez hayamos alcanzado la meta de un El Salvador Libre de Analfabetismo. Felicidades a quienes ya salieron de esa condición y nuestro reconocimiento y gratitud a quienes lo han hecho posible.