Mauricio Vallejo Márquez
Escritor y coordinador
Suplemento Tres mil
El suplemento cultural Tres mil es uno de los referentes más importantes de la cultura, el arte y la literatura de El Salvador, así como el único en su especie en Centroamérica. Se publica como en su génesis de aquel 24 de marzo de 1990 cuando Gabriel Otero y César Ramírez Caralvá emprendieron esta tremenda misión en la que la gran mayoría de los artistas salvadoreños han estado presente.
El suplemento se ha convertido en una escuela para todos, no puedo negar que he aprendido mucho de él y de todos los que han escrito, y sigo aprendiendo.
He crecido junto a esta publicación, logrando apreciar la enorme riqueza y valores que tenemos en nuestro país, además del tremendo valor del respeto a la opinión ajena, a valorar antes la obra que la relación. Y sobre todo a dar apertura a los talentos emergentes, que a la larga serán el futuro de nuestra nación y merecen tener siempre una puerta abierta. De igual forma que nuestros consagrados.
Aún siento como si fuera ayer cuando vi el primer suplemento, aquel con su portada rosada que don Lolo Guevara (encargado del archivo del diario) guarda como un tesoro. Me impresionó que estaba una muestra de ese universo que me encantaba, hablaban de literatura, habían poemas y cuentos, así como el dinamismo y creatividad que no se apreciaba en otros medios. Y así pude apreciar el trabajo que hizo Walter Raudales, Otoniel Guevara y Luis Alvarenga.
No me imaginé que un día del 2001 Luis Alvarenga nos invitaría a trabajar en éste bajo la coordinación de Álvaro Darío Lara, quien me enseñó el valor de la resposabilidad editorial. Y en aquellos días que buscábamos los espacios libres de domingo o de la noche para avanzar en el suplemento. Fuimos creciendo, aprendiendo que la vida no es solo lo que a uno le gusta o lo que a uno le impresiona, así como a valorar a las personas que amamos.
Después seguí apreciando el suplemento con el trabajo del colectivo coordinador y el regreso de Otoniel Guevara, a quien le colaboré en su momento.
Cuando en 2010 don Francisco Valencia y la cooperativa me dieron la oportunidad de coordinar el Tres mil sentí que se hacía realidad un sueño, así como una maravillosa oportunidad de seguir madurando, de valorar más a las personas, al arte, a nuestro país, a los colaboradores.
Hoy son 28 años de todo esto.
Día a día me doy cuenta de la inmensa riqueza que es contar con todos estos colaboradores que voluntariamente cada sábado proporcionan su talento, esfuerzo y dedicación a enriquecer las páginas de esta publicación que gracias a Dios continua surgiendo los sábados como un oasis para los que amamos la cultura, en tanto la Cooperativa de Trabajadores de Diario Co Latino siguen dándole oxigeno y a pesar de las dificultades el Tres mil vive.