Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Óscar Cabrera, presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), señaló que el crecimiento económico desde 1990 hasta 2023 fue del 2.6% y la productividad casi nula, pues fue del 0.5%. En este periodo el déficit fiscal y la deuda se han venido ensanchando, incumpliendo los derechos económicos, sociales y culturales de la población.
“Entre 2019 a 2023 encontramos que el déficit fiscal ha llegado hasta en promedio a -6.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y la deuda ya sobrepasa el 84%, que equivale a más de 30 mil millones de dólares, esto es preocupante para una economía dolarizada y bitcoinizada, porque no existen políticas monetarias, crediticias y cambiarias”, indicó el economista durante el espacio televisivo Encuentro con Julio Villagrán. El bajo crecimiento económico de El Salvador se debe a niveles de productividad de 0.5, en la región, Costa Rica es de los países con productividades del 3%, al igual que República Dominicana. El Salvador tiene la productividad más baja. Según Cabrera, no abona al nuevo modelo necesario para la población, que vengan inversionistas del bitcoin y no paguen impuestos, se menciona una economía libre de impuestos como una señal de atracción de inversión extranjera.
“El país ya no tiene la oportunidad como el resto del 92% de los países del mundo, que, ante una recesión mundial y una crisis interna, contar con un Banco Central que emite dinero y puede a través de la política monetaria paliar las crisis junto la política fiscal”, dijo.
A la vez, mencionó que con la dolarización el poder adquisitivo de los hogares se perdió casi en un 50%, y desde la pandemia del COVID-19 aproximadamente 128,000 personas pasaron a la pobreza global y más 220,000 personas a la pobreza extrema. El presidente de FUDECEN destacó que con la pandemia de 2020 el gobierno tomó la decisión de expandir el gasto, entregando $300 al 86% de los hogares, así como productos alimenticios, lo que llevó al déficit fiscal a más de -10% del PIB, luego viene el ajuste fiscal que incluye recorte de gastos sociales, en educación, salud e inversión pública y la economía vuelve a políticas de austeridad.
El gobierno de El Salvador con el Fondo Monetario ha llegado a un consenso, que la economía salvadoreña necesita un ajuste fiscal de aproximadamente 3.5% en los próximos 3 años, que equivale a $1,200 millones.
Para Cabrera, responder al FMI debería pasar por poner impuestos a las 110 familias más ricas de El Salvador.