Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Es urgente un cambio en el modo de concebir la vida, afirmó Magdalena Cortez secretaria ejecutiva de la Concertación Regional para la Gestión de Riesgos (CRGR), al señalar que la crisis climática en el área centroamericana demanda acciones estructurales, integrales y de reducir las prácticas del asistencialismo.
“Es necesario promover y apoyar otras formas de hacer las cosas, comenzando por recuperar o revitalizar la cosmovisión indígena y ancestral aplicada al cultivo de los alimentos, por medio del uso de semillas nativas, técnicas agroecológicas y promover mercados locales con un enfoque de derechos, género, inclusión e interculturalidad”, acotó.
La Concertación Regional para la Gestión de Riesgos emitió su pronunciamiento sobre la crisis climática en la región y el enfoque socio-ambiental, en el marco de una situación inseguridad por la violencia que aumenta la vulnerabilidad por la pobreza, salarios paupérrimos y desempleo del sector agrícola; lo que genera la migración hacia otros países.
“El cambio climático sigue provocando efectos negativos en todo el mundo, pero Centroamérica sufre constantemente los efectos del calentamiento global que se manifiesta por precipitaciones (lluvias) concentradas, que en poco tiempo provocan inundaciones y deslizamientos. Se registran incrementos en la temperaturas que llegan a los cuarenta grados, que provoca pérdida en los medios de vida y sequías; esta continuidad de fenómenos que suceden en Centroamérica hace más difícil la adaptación y mitigación a estos impactos”, sostuvo Cortez.
Con cifras poco alentadoras, los representantes de los cuatro países dieron cuenta de la huella que deja la crisis climática. Solo en Honduras la falta de lluvias este año provocó que un 70 % del cultivo de maíz, y un 45 % de frijol fuese asolado por altas temperaturas en sesenta y seis municipios, que afecta a más de 75 mil hondureños.
Mientras en Nicaragua la variabilidad climática ha afectado el 20 % de la producción de granos básicos; de la primera cosecha que vendrá, según José Ángel de la Mesa Nacional de Gestión de Riesgo (MNGR) se tendrá un impacto negativo en los precios de los productos para la población.
Las “necesidades humanitarias” de alrededor de 556 mil 288 personas que residen en el Corredor Seco, en ochenta y dos municipios de Guatemala afectará de manera contundente a 297 mil familias, por la pérdida del 80 % por el cultivo de maíz de la primera cosecha, acotó Guido Calderón de COCIGER.
Las afectaciones en la región son tan prominentes que las Naciones Unidas (ONU) han hecho un llamado a los gobiernos, a dar mayor apoyo al “corredor seco centroamericano” por su vulnerabilidad climática, en especial las sequías. “Los pueblos centroamericanos se encuentran en una encrucijada, están golpeados por la crisis climática lo cual es una de las causas que provocan desplazamientos, aunque haya represión de las autoridades migratorias al tratar de cruzar las fronteras. Miles mueren y son violentados en sus derechos, ante la indiferencia de gobiernos de la región y el de Estados Unidos”, manifestó.