Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Para mí es muy importante dejar plasmado todo lo que se vivió, sirve para reproducirlo con las nuevas generaciones, que no quede en el olvido. Porque es difícil cuando tenemos los recuerdos y sufrimientos de todas las personas que estuvimos allí (conflicto armado)”, manifestó, Sonia Guadalupe Hernández, promotora social de CRIPDES, San Vicente.
La Asociación para el Desarrollo de El Salvador (CRIPDES), junto al Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá, la Western University Canadá y la Iniciativa Cristiana Romero (ICR), lanzaron el proyecto de reconstrucción de la Memoria Histórica en las siete regiones en donde mantiene trabajo territorial.
“Nos puede quitar todo, pero esas vivencias no las podrán borrar. Ser hijos de sobrevivientes de masacres, vivir en municipios que fueron fuertemente asediados en donde ocurrieron 56 masacres, de las cuales 36 registradas y las restantes están en es proceso, creo que es importante este trabajo que realizarán porque es una deuda muy grande”, sostuvo Hernández, que reside en Tecoluca, San Vicente.
Sobre el proyecto Lorena Araujo, presidenta de CRIPDES, explicó que la Asociación para el Desarrollo de El Salvador, se fundó en 1984, y que sus raíces están sustentadas con la población desplazada y refugiada a causa del conflicto armado, como resultado de las políticas del terrorismo de Estado que ejecutó el ejército nacional en esa época.
“Siempre hemos sido defensores y defensoras de los derechos humanos, siempre hemos hecho labor de denuncia y la búsqueda de aquellas personas que fueron desaparecidas y vivieron las situaciones más cruentas y de atropello que vivió la población”, dijo.
“Ahora, tenemos la oportunidad de ejecutar un proyecto que conjuntamente con la universidad de Western Canadá y con la Iniciativa Romero de Alemania, tomaron este proyecto como una investigación sobre los temas de masacres y Memoria Histórica, precisamente en los territorios de 7 departamentos, en donde tenemos trabajo como CRIPDES”, acotó Araujo.
Giada Ferrucci, de la Universidad de Western, Canadá, quien tendrá la colaboración de los liderazgos femeninos, a través de una red de trabajo testimonial y datos recuperados, irá sistematizando toda la información para culminar en documentos que aporten a la sociedad. “No vamos revictimizar a las personas, sino el rescate de la memoria histórica que nos permita a las actuales y futuras generaciones, conozcan de estos hechos que ocurrieron y para que estas décadas de los años ochenta, no vuelvan a suceder”, indicó.
“Esto solo puede recuperar sensibilizando a toda la población con la que trabajamos y la población más allá, de lo que tenemos de alcance, porque este tema ha trascendido al plano internacional y en la medida del liderazgo de CRIPDES, que lo retoma y lo hace suyo estamos claras que esto será un gran aporte para el país”, manifestó Araujo.
El trabajo de recuperación de los hechos históricos estará a cargo de CRIPDES, que contará con la asesoría y formación de la Universidad Western, que impartirá talleres sobre conocimientos para catalogar y sistematizar la información que fortalecerá el proyecto. Los registros contarán con experiencias, vivencias y propuestas de las víctimas y sobrevivientes del conflicto armado de la década de los años ochenta.
Giada Ferrucci señaló que si bien el tema es muy delicado, porque tocará el pasado y situaciones difíciles que vivió la población, por tanto, tienen proyectado a quienes brinden su testimonio, una acción integral con asistencia psicológica y el resarcimiento de honrar su derecho a la dignidad con este documento de memoria de víctimas y sobrevivientes.
“Desde hace tres años, hemos comenzado a trabajar en este proyecto, ha sido un trabajo sobre los puntos formales entre las universidades y los actores locales, tomando en cuenta que la Memoria Histórica es un tema complejo que conlleva muchas áreas”, dijo.
“En muchas consultas muchos tienen distintas perspectivas, pero coinciden en el rescate de la Memoria Histórica, de l a guerra civil y la postguerra en El Salvador, es la salud mental y sanación, reparación ambiental, reconstrucción económica local, educación intergenaracional, justicia, arte, música y teatro, conmemoraciones y justicia”, señaló Ferrucci.
Sobre el modelo de la gestión del proyecto, Giada señaló siete elementos claves: colaborativo, participativo, consultivo, basado en el consentimiento, no jerárquico, decolonial y dirigido a la comunidad.
“La salud mental es un proceso dinámico en el cual la persona interrelaciona armónicamente las áreas de su funcionamiento personal, familiar, así como física, mental, social en un contexto concreto, lo cual le permitira a la misma persona o colectivo a potenciar sus propios recursos y capacidades motivaciones que los lleve a la autonomía y autogestión”, sostuvo Ferruci.
Felicia Mijango, de UCRES – CRIPDES, a cargo de la unidad de Memoria Histórica, señaló que era una labor importante, y que este proyecto que compartirán con la Universidad de Western Canadá, representaban altos retos, de los cuales consideró saldrían fortalecidos.
“Sabemos que anteriormente no teníamos todos los recursos económicos y adecuados, pero ahora, con el apoyo que tendremos con la Universidad de Western, vamos a poder sistematizar toda la información de forma adecuada y con talleres territoriales de sistematización de información. Y con los líderes y lideresas de los territorios en las cinco regiones que trabajamos, se prepararán para ordenar toda esta información de la gente que son testimonios vivos, esto nos va a permitir lograr un documento y a dónde buscarlo”, reafirmó Mijango.
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