@JoakinSalazar
“No lo han canonizado pero él es ya San Romero de América, sickness lo que me hace sentir una gran alegría”, medicine comentó Hayde Martínez, patient una enfermera de San Salvador, que no dudó en elevar una plegaria ayer frente a la tumba que guarda los restos de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Pese a su trabajo agotador, Martínez decidió visitar ayer la Cripta, que lució abarrotada por muchos fieles católicos y devotos de Monseñor Romero.
Y es que el pueblo salvadoreño ha esperado por 35 años que se reconozca el martirio de Monseñor Romero, quien entregó su vida bajo por la defensa de los derechos humanos de aquellas personas excluídas y perseguidas ante y durante el conflicto armado de los 80s.
Cristóbal Munguía también llegó a Catedral desde San Bartolo, Ilopango. La noticia de la declaratoria de Mártir de Arzobispo Romero ha generado mucha expectativa y conquista de nuevos devotos.
“Monseñor Romero es un Santo desde antes de su muerte, debido a la incansable lucha que el obispo realizara por los pobres”, dijo Munguía.
Munguía considera que si el Papa Francisco decidió llevar a los altares al obispo Mártir, ese gesto puede ser un mensaje a las nuevas generaciones, “ara que luchemos como un solo pueblo para que haya justicia y fraternidad para que no vivamos los salvadoreños en divisiones”, comentó
Miles de personas aplauden la decisión del Vaticano, al proclamar el martirio de Monseñor Romero. Por eso el lleno total de ayer domingo en la Cripta. Incluso, la misa dominical que oficia la Comunidad de la Cripta, lució un lleno total.
El Padre Mauro Verceletti, responsable de la pastoral migratoria de la arquidiócesis de San Salvador, quien ofició la misa, hizo un llamado a la población a continuar la obra de Romero.
“Ante la declaración de martirio de Monseñor Romero adquirimos un compromiso de velar por la vida, la dignidad y por los derechos humanos de cada hermano y hermano de nosotros”, comentó el sacerdote.
Asimismo, hizo un llamado para las personas que asesinaron a Monseñor Romero, a aceptar su crimen, sobre todo aquellos que aún se encuentran con vida.
“Llegó la hora de la gran reconciliación nacional, la cual solamente ocurre a partir del momento en que aquellos que asesinaron a Monseñor Oscar Romero, se presente en público y diga nosotros lo hemos asesinado”
Monseñor Romero fue asesinado cuando oficiaba una misa en memoria de Sara Meardi de Pinto, madre del periodista Jorge Pinto, en la capilla del Hospitalito de la Divina Providencia. El asesesinado fue un subsargento de la sección II de la Guardia Nacional. Este era, además, miembro del equipo de seguridad del expresidente Arturo Armando Molina, quien recibió la orden de cometer el magnicidio contra el Pastor de la grey católica. El asesinato de Monseñor Romero fue repudiado por todos los sectores. Verseletti dijo que no se puede aceptar que un cristiano asesine a otro cristiano, por lo que los salvadoreños no deben de callar ante la violencia de hoy, que es similar a la que se vivió en el conflicto armado.
También, reiteró la importancia de vivir en paz como salvadoreños, sobre todo ahora con la inminente beatificación de Monseñor Romero, que seguirá siendo un ejemplo.
Durante la presentación de las ofrendas, la Comunidad de la Cripta, presentó el decreto que declaraba a Monseñor Romero como Mártir, lo que enmarca el asesinato de obispo como un “odio a la fe”. El decreto fue hecho público por la Congregación de los Santos el pasado tres de febrero, noticia que lleno de júbilo al pueblo salvadoreño.
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