Madrid/dpa
Cristiano Ronaldo se volvió a vestir de “Mister Champions” con la camiseta del Real Madrid: el crack anotó un hat-trick ante el Atlético de Madrid en las semifinales de la Liga de Campeones en una noche memorable del portugués en el Santiago Bernabéu.
Si el Real Madrid está unido a la Copa de Europa por una extraña mística ganadora, el lazo entre su máxima estrella actual y la competición de clubes más importante del mundo también tiene algo de inexplicable. Ayer superó un récord de Alfredo di Stéfano para dejar al equipo blanco a un paso de una nueva final con un despliegue descomunal.
Un cabezazo en el minuto 10, un disparo con la pierna derecha en el 73 y otro tiro con la diestra en el 85 elevaron la figura de Cristiano Ronaldo sobre todo lo demás en la capital española.
Tres goles en una semifinal de la Champions y ante el eterno rival ciudadano. Tres gritos más para reivindicarse, tres tantos más en su cuenta tras los cinco que logró hace unas semanas en los cuartos de final ante el Bayern Múnich. A sus 32 años, el cuatro veces Balón de Oro llega pletórico al tramo final de la temporada.
“Estoy muy contento por marcar los tres goles y por llegar a mi gol 400 con el Real Madrid”, dijo el delantero a la cadena Antena 3, donde repartió elogios entre sus compañeros.
“Hay que felicitar al equipo, el equipo ha estado tremendo. A mí me tocó marcar, pero el equipo jugó bien desde el principio hasta el final”, indicó. “Fue un partido total del equipo, el equipo estuvo fenomenal”, insistió.
Fue un partido total y fenomenal de su equipo, sí, pero fue la puntería del portugués la que decidió todo una vez más.
Con las tres dianas, alcanzó las 103 en la Copa de Europa. Trece de esos goles fueron en las semifinales, donde el récord hasta el momento eran los 11 de Di Stéfano allá por los años 50 y 60. Además, Cristiano Ronaldo es el máximo goleador entre cuartos, semifinales y final con 34 goles, doblando la cifra del argentino Lionel Messi.
Ahora solo una remontada histórica del Atlético de Madrid dentro de una semana apartará al Real Madrid y a Cristiano Ronaldo de la final de Cardiff del 3 de junio. Sería la quinta final de la Champions para el portugués, que ganó las de 2008, 2014 y 2016 y perdió la de 2009 pocos meses antes de dejar el Manchester United para fichar por el Real Madrid.
Desde aquel traspaso el Real Madrid jugó ocho temporadas la Champions y lleva siete consecutivas en las semis de la competición. Gran parte de esa estadística se explica por la voracidad de un Cristiano Ronaldo que aprendió de sus errores del pasado para dosificarse y llegar con energía en las piernas a los meses decisivos.
Tiempo atrás, ver a Cristiano Ronaldo en una política de rotaciones era inimaginable. Sin embargo, el delantero acordó este año un plan con su técnico, Zinedine Zidane, para alcanzar los partidos importantes en plenitud. Así lo demostró ante el Bayern y hoy ante el Atlético.
El portugués participó en 26 de los 34 partidos de Liga que lleva disputados el Real Madrid, en dos de los seis de la Copa y en 11 de los 12 de la Champions. Además, se perdió la Supercopa de Europa por lesión y disputó dos encuentros en el Mundial de clubes. En total, jugó 41 de los 55 partidos del conjunto blanco esta temporada.
“En los últimos cuatro o cinco años he llegado al final de temporada siempre al límite, con pequeñas lesiones, más cansado. Ahora me preparé para estar bien estos dos últimos meses”, explicó el portugués hace unas semanas tras su doblete en Múnich ante el Bayern. “He hecho un cambio radical en mi carrera”.
“Es único”, apuntó hoy Zidane en rueda de prensa. “Es importante (para él descansar) y él lo sabe. Es una acumulación de todos los años también. Él es inteligente y sabe que de vez en cuando tiene que descansar”.
Ayer dio cuenta de ello un Atlético que salió prácticamente K.O. del Santiago Bernabéu. El primer jugador en felicitar a Cristiano Ronaldo tras el minuto 90 fue su principal víctima, el portero esloveno Jan Oblak. Después recibió abrazos de todos sus compañeros. Era su noche, es su competición.