Belén / AFP
Centenares de cristianos ortodoxos celebraron el domingo la Navidad en Belén, en la Cisjordania ocupada, en un contexto de protestas contra la Iglesia Ortodoxa griega, acusada de haber vendido tierras a Israel.
Un gran dispositivo de seguridad rodeaba la plaza del Pesebre, frente a la Basílica de la Natividad –lugar donde habría nacido Jesús según la tradición cristiana– para impedir a los manifestantes acercarse a la procesión.
El año pasado, los palestinos se habían manifestado para protestar contra la venta de tierras a Israel por parte de la Iglesia Ortodoxa griega.
Una decena de personas gritaron «traidor» o «espía» a la llegada del patriarca griego ortodoxo Teófilo III de Jerusalén, quien se dirigió hacia la basílica rodeado de agentes de las fuerzas de seguridad palestinas.
Los manifestantes protestaron contra la controvertida venta de propiedades de la Iglesia Ortodoxa griega a grupos judíos que quieren judaizar la parte oriental de la Jerusalén ocupada y anexada por Israel.
El municipio de Belén «decidió no acoger al patriarca Teófilo III», explicó a la AFP el alcalde de la ciudad, Anton Salman, para quien es responsabilidad del patriarca «permanecer fiel a la causa del pueblo palestino», garantizando que Jerusalén «permanezca en la familia palestina y en territorio palestino».
Los cristianos de tradición oriental celebran la Navidad el 7 de enero y no el 25 de diciembre, debido a las diferencias entre los calendarios juliano y gregoriano.