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Por Harald Neuber
Berlín/PL
Organizaciones para la protección del medio ambiente en Alemania criticaron hoy los resultados de la llamada cumbre diésel que se realizó el miércoles en Berlín.
El encuentro tuvo como tema central el manejo de un escándalo que hace temer por el porvenir de la toda esta industria, una columna de la economía de la nación germana.
Durante mucho tiempo, varios grandes productores de coches manipularon los motores diésel para engañar a la tecnología de medición y control de los gases de escape. De hecho, una gran parte de los vehículos con motores diésel producen mucho más óxido de nitrógeno (NOx) de que los productores reconocían.
En la cumbre, que contó con la participación de los jefes de las grandes empresas automovilísticas, representantes políticos y sindicalistas, se decidió equipar posteriormente a cinco mil millones coches diésel con una software que debe controlar las emisiones de gases.
Además, las empresas se comprometieron a participar en la financiación de un fondo estatal de apoyo para ciudades con problemas de aire contaminado.
No obstante, el presidente de la Oficina Federal de las Asociación de Consumidores, Klaus Mueller, reprochó al gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, haber fracasado en el encuentro.
Desde su punto de vista, hubiera sido necesario ofrecer a los dueños de coches afectados nuevos vehículos.
El jefe de la organización ambientalista BUND, Hubert Weiger, recordó que el reequipamiento de los coches con motores de diésel ni siquiera es obligatorio.
Por ello pronosticó que serán inevitables retirar el permiso de conducir para coches que funcionan con combustible diésel en varias ciudades.
La cumbre el miércoles tuvo que ser trasladada del Ministerio de Transportes al del Interior por una acción de la organización Greenpeace.
Activistas subieron al techo del Ministerio de Transportes para desplegar una pancarta con la lema ‘Bienvenido a Fort NOx’.
NOx es la abreviatura de óxidos nítricos que producen los motores diésel.
