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Londres/AFP
Miembros de la oposición y de la sociedad civil británica reprocharon a su gobierno el carácter confidencial de las negociaciones con Estados Unidos para elaborar un futuro acuerdo comercial.
Ambos países instalaron un «grupo de trabajo sobre comercio e inversiones» para colocar las bases de un acuerdo que será concretado tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2019.
Según cartas cruzadas entre Gran Bretaña y Estados Unidos y publicadas en el sitio del gobierno británico la semana pasada, ambos aliados acordaron que los documentos utilizados en esas negociaciones permanezcan «confidenciales», lo que es criticado.
«Será complicado convencer a la población de que los acuerdos comerciales post-Brexit le serán benéficos si lo primero que hacen los ministros es elaborarlos en secreto», dijo Doug Parr, uno de los dirigentes de las ONG Greenpeace en Reino Unido.
«Hay temores ampliamente difundidos de que un acuerdo de esa índole con Estados Unidos conduciría a normas más frágiles en materia de seguridad alimentaria y bienestar animal», subrayó.
«La tentativa de Liam Fox (ministro conservador de comercio internacional, ndlr) de disimular el contenido de las negociaciones puede alimentar esos temores», consideró.
Destino de una quinta parte de las exportaciones británicas, Estados Unidos representa el primer socio comercial del Reino Unido por fuera de la UE.
