Por Marc Antoine Baudoux
Washington/AFP
Críticos y defensores de la CIA se enfrentaron este domingo sobre el informe publicado la semana pasada en Estados Unidos en el que se divulgaron escabrosos detalles sobre el uso de prácticas de tortura tras los atentados de 2001.
Incluso dentro del campo republicano las revelaciones hechas públicas por un informe de una comisión del Senado han dejado entrever opiniones muy distintas.
El exvicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney defendió la labor de la CIA, buy find alabando a sus agentes como héroes y rechazando que se les considere como torturadores.
«Deberían ser felicitados, ed deberían ser condecorados», dijo Cheney, quien fuera la mano derecha del presidente George W. Bush durante el periodo 2001-2009, en un programa de la cadena NBC.
Cheney hizo estas declaraciones tras la publicación de un informe de una comisión del Senado sobre las prácticas de detención y tortura llevadas a cabo por la CIA luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En él se describen métodos cruentos como ahogamiento o colgar a las personas durante horas de sus muñecas para obtener información.
El informe cuestionaba la efectividad de esas técnicas para lograr información.
El comité de Inteligencia del Senado, encargado del informe, también reveló las mentiras de la agencia de inteligencia en audiencias ante el Congreso y la Casa Blanca.
Cheney mostró su desacuerdo con el informe: «Funcionaba. Por supuesto que funcionaba», dijo el exvicepresidente sobre las prácticas denominadas de forma eufemística como «técnicas de interrogación reforzada». Y añadió: «La tortura es lo que los terroristas de Al Qaida hicieron sufrir a 3.000 estadounidenses el 11-S», el día de los atentados que traumatizaron a Estados Unidos.
«No hay comparación entre esto y lo que hemos hecho con respecto a mejorar nuestros interrogatorios», se defendió.
Asimismo, señaló que el presidente George W. Bush conocía el programa de torturas: «Este hombre sabía lo que hacíamos. Lo autorizó, lo aprobó».
El propio Bush fue más allá el pasado domingo en CNN, antes de la publicación del informe, al comentar que «tenemos la oportunidad de tener hombres y mujeres que trabajan duro para servir nuestros intereses. Son patriotas y poco importa lo que el informe diga (…). Yo conocía al director, a los directores adjuntos y el número de agentes: verdaderamente son buena gente y somos afortunados, como nación, por tenerlos».
«Montaña de contradicciones»
«La gente de la CIA realizó un trabajo excelente, actuaron en circunstancias extremadamente difíciles y permitieron impedir ataques contra Estados Unidos», declaró también Peter King, representante republicano, en CNN.
El senador John McCain, héroe de la guerra de Vietnam donde fue torturado, es uno de los pocos republicanos que apoya el informe del Senado. El domingo volvió a lamentar que las autoridades estadounidenses hayan utilizado estos métodos y admitió que se violó la Convención de Ginebra sobre el trato a prisioneros.
«A veces se cometen errores, estamos analizando las cosas y prometemos hacer todo lo posible para que no vuelva a suceder», declaró en CBS McCain, excandidato a la presidencia de Estados Unidos. «No somos una nación perfecta, pero somos una nación que admite sus errores. Y avanzamos», agregó.
El senador demócrata Sheldon Whitehouse apoyó las declaraciones de McCain y subrayó que Estados Unidos considera las prácticas de simulación de ahogamiento – utilizadas por la CIA – como prácticas de tortura desde hace décadas.
Su colega Ron Wyden, que participó en la elaboración del informe, acusó por su parte a la CIA de haber mentido y denunció «una montaña de contradicciones» entre las comunicaciones internas de la agencia (CIA) y las declaraciones que hacía en la Casa Blanca, en el Congreso o en el ministerio de Justicia.
El informe del Senado provocó una ola de conmoción en Estados Unidos y en el mundo. El presidente Barack Obama puso fin a este programa de la CIA tras su llegada a la Casa Blanca a comienzos de 2009. Sin embargo, su gobierno excluyó presentar acciones judiciales.