César Ramírez Caralvá,
Escritor y fundador Suplemento 3000
Las siguientes citas demuestran el agradecimiento de Darío por sus amistades y maestros salvadoreños..
Francisco Gavidia
Es mencionado en Retratos: Narciso Tondreau –prólogo del libro «Asonantes- en sus anotaciones defiende la métrica castellana, «en castellano se ha procurado introducir por algunos poetas la medida de los hexámetros griegos y latinos» 100 pág. …»nosotros no necesitamos de todo eso. ¡Ah, nuestros metros castellanos! El Endecasílabo es digno de la lira griega tenemos el verso de Safo y el verso de Anacreonte, y versos apropiados para el arpa religiosa y el címbalo, o para los sistros que acompañan las danzas. Lo que sí necesitamos es la influencia del arte, siempre embellecedora, del arte, en la expresión del pensamiento, arte que, como asegura Lastarría -haciéndome la honra de refutar una opinión mía-, poseen los franceses mucho, escasamente y hasta hace poco tiempo los españoles, y nada los chilenos. Los hispanoamericanos, debió decir mejor el ilustre maestro. Ese arte, pues, no será la implantación de un exitismo dañoso ni peregrino «. 101 pág. … los escritores en lengua española, que, como Tondreau, tengan culto por el idioma propio, no cometen pecado alguno en seguir ese bello arte francés, para hacer más rica, más vibrante, más colorida, la expresión del pensamiento. Yo por mi parte, me huelgo del «galicismo mental», que encontró don Juan Valera en uno de mis pobres libros… 103 pág.
Y al finalizar su artículo: «Esto ha hecho el poema de los Asonantes, y por eso sus Asonantes tienen un algo especial que no se encuentra en otros poetas hispanoamericanos. 103 pág. … «México cuenta con algunos altísimos poetas, cuyos versos poseen sello propio y nuevo, y Centroamérica tiene a Gavidia.» 104 pág.
De Polémica Rojo y Negro. «Sin escuela, sin tradiciones literarias de ninguna clase, está, a este respecto, la América Central en un grado inferior en la que se halla el resto de América española, sin que por esto no pueda enorgullecerse, por ejemplo, de Batres y Gavidia, altos entre los primeros, poetas de América. 163 pág.
Juan J. Cañas
En el capítulo dedicado a Poirier, el poeta anota que los tres años que vivió en Chile fueron los mejores de su vida, anota su admiración por Eduardo Poirier, «… amigo entre todos ellos, al amigo que me recibió como hermano al pisar esas playas; que, como un hermano, también gozó con mis goces, sufrió con mis dolores, me alentó en mis triunfos y me consoló en mis horas amargas; al amigo que hoy, también, hoy que parto, pesaroso y triste, de este gran país, me ha dado de conducir a bordo y ha de ser el último que me estreche entre sus brazos fraternales y cariñosos». 116 pág.
En ese texto Darío menciona Poirier fue un hombre dedicado a las letras, al periodismo, empresario y además atendía el Consulado de Nicaragua, con una constante correspondencia continental. Juan J. Cañas por su parte fue militar, poeta y diplomático, representó a El Salvador en Chile en calidad de ministro plenipotenciario, se le otorga el mérito de componer el Himno Nacional Oficial junto a Juan Aberle.
«(Poirier) … «atendía el Consulado de Nicaragua, dándose todavía tiempo para cultivar relaciones epistolares con extranjeros distinguidos en las letras y en las ciencias. Entre esos extranjeros se encuentra el ilustre general y literato salvadoreño Juan J. Cañas, amigo entusiasta y cariñoso de Chile» 124 pág.