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Cruce de acusaciones en la apertura de las negociaciones de paz sobre Siria

Por Karim Talbi, look Pierre Taillefer
Montreux/AFP
TeleSUR

Las grandes potencias urgieron este miércoles al régimen y a la oposición sirios a aprovechar la oportunidad «histórica» de terminar con casi tres años de guerra civil, malady en la sesión inaugural de la conferencia de paz de Montreux (Suiza), sovaldi marcada por cruces de acusaciones entre algunas delegaciones.

«Después de casi tres dolorosos años de conflicto y de sufrimientos en Siria, hoy es un día de esperanza», declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su discurso de apertura de la conferencia de Ginebra II ante los representantes de unos cuarenta países y organizaciones, entre los que se encontraban las delegaciones del régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, y de la coalición siria.

«Nos enfrentamos a unos desafíos extraordinarios», advirtió.

«Todos los sirios tienen hoy sus miradas puestas en nosotros», «ustedes, los representantes de la oposición y del gobierno sirio, tienen una gran oportunidad» y una «responsabilidad con el pueblo sirio», añadió.

Los dos patrocinadores de esta conferencia, los jefes de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y estadounidense, John Kerry, advirtieron en sus intervenciones que las negociaciones entre el régimen y la oposición «no serán sencillas, ni serán rápidas», en palabras de Lavrov.

Pero durante sus cortas intervenciones, Kerry y Lavrov también dejaron patentes sus divergencias respecto a la formación de un gobierno de transición en Siria.

«Bashar al Asad no formará parte del gobierno de transición. Es imposible, inimaginable que este hombre que llevó a cabo semejante violencia contra su pueblo pueda conservar la legitimidad para gobernar», declaró Kerry.

Por el contrario, Lavrov advirtió sobre «los intentos de interpretar este documento de una forma o de otra», en referencia al llamamiento a la formación de un gobierno de transición «por mutuo consentimiento» que las grandes potencias adoptaron en 2012 sin presencia de los sirios en Ginebra I.

El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, calificó a los representantes de la oposición sentados frente a él de «traidores» y de «agentes a sueldo de los enemigos» de Siria.

«Pretenden representar al pueblo sirio», declaró Muallem. «Si quieren hablar en nombre de los sirios, no deberían ser traidores al pueblo sirio, agentes a sueldo de los enemigos del pueblo sirio», añadió.

«Señor Kerry, nadie en el mundo tiene derecho a otorgar o retirar la legitimidad de un presidente, una constitución o una ley excepto los propios sirios», declaró también Muallem en respuesta a las declaraciones de Kerry descartando cualquier papel de Al Asad en una transición.

Muallem fue interrumpido durante su larga defensa de la política del régimen de Al Asad por Ban, que objetó que el jefe de la diplomacia siria había superado el tiempo de palabra asignado. Muallem replicó diciendo que tenía que expresar la posición de su país y continuó con su intervención.

Durante su intervención en la Conferencia de Paz sobre Siria que fue inaugurada este miércoles en Montreux (Suiza), el representante sirio señaló que solo el diálogo es la solución al conflicto actual pero «mientras haya países en ese foro que están financiando grupos terroristas esto no tendrá éxito».

El Canciller se dirigió a la delegación opositora, representada por la Coalición Nacional Siria (CNFROS), para decirles que había fracaso en sus intentos por unir a la oposición.

Aseveró que cobardes y asesinos son los grupos terroristas que atentan contra el pueblo y que las acciones y amenazas de países vecinos, como Turquía e Israel, han agravado el conflicto armado. «El pueblo sirio es víctima del terrorismo internacional, de quienes quieren dividir el país con métodos de guerra».

De esta forma, repudió la matanza de miles de civiles, incluidas mujeres y niños, con el pretexto de una mal llamada «revolución», porque es la oposición quien «destruye hospitales, escuelas y sitios históricos, causando sufrimiento al pueblo sirio».

Afirmó que quien quiera hablar en nombre del pueblo sirio, «debe primero oponerse y rechazar cualquier acción terrorista».

Al Muallem instó a los terroristas extranjeros a que regresen a sus países y que «dejen al pueblo sirio vivir en paz».

De la misma forma, recordó al Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon que nadie puede estar por encima de las leyes de su país, de las leyes internacionales,  «Siria siempre cumple sus promesas» y se compromete con la paz, aseguró.

En cambio, el jefe de la delegación de la oposición siria, Ahmad Jabra, instó al presidente Al Asad a que entregue el poder a un gobierno de transición.

Por su parte el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, advirtió a la delegación del régimen sirio que el objetivo de Ginebra II no es hablar de «terrorismo», sino de «un gobierno de transición».

«No se trata de tener un debate general sobre Siria, ni de lanzar invectivas o eslóganes de propaganda, ni tampoco de ganar tiempo o pronunciar discursos repitiendo la palabra terrorismo», declaró Fabius.

«Se trata de buscar un acuerdo político sobre Siria respecto a esta autoridad de transición», añadió.

Las autoridades sirias emplean el término «terrorista» para referirse a los rebeldes.

Resumiendo el estado de ánimo de muchos participantes en la conferencia, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier consideró que no hay que esperar un «milagro».

La reunión de Montreux servirá para preparar el encuentro el viernes en Ginebra de las dos delegaciones sirias -que se reúnen por primera vez desde el inicio del conflicto- con la mediación del emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi.

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