Candidato a renovar mandato en el gubernamental Palacio de la Moncloa, el secretario general del PSOE obtuvo 124 votos a favor, lejos de los 176 requeridos (mayoría absoluta) para ser proclamado gobernante en la primera vuelta.
Un total de 170 diputados, de los 346 presentes en la Cámara Baja, votaron en contra, mientras otros 52 se abstuvieron, la mayoría procedentes de Unidas Podemos, considerado por los socialistas como su socio preferente.
Tal y como se anticipaba, Sánchez apenas logró el respaldo de los 123 escaños de su agrupación y uno del Partido Regionalista de Cantabria.
Tras este primer revés, el político socialdemócrata deberá someterse mañana a una nueva votación, en la que para ser elegido sólo necesitaría la mayoría simple del Parlamento, es decir, más votos a favor que en contra.
La posibilidad de que su reelección fructifique en esa segunda vuelta dependerá de la capacidad del mandatario saliente de cerrar un complejo pacto con su par de UP, Pablo Iglesias, en lo que podría convertirse en el primer Gobierno de coalición en este país europeo.
Con la abstención de sus 42 diputados en la primera ronda, los de Iglesias dejaron una puerta abierta para seguir negociando de cara a apoyar la reelección de Sánchez, quien finalmente desistió a su pretensión de imponer un Ejecutivo monocolor.
‘Hemos hecho muchas renuncias, no hace falta recordar el paso al lado que dio Pablo Iglesias’, subrayó la víspera Ione Belarra en relación con el veto que los socialistas impusieron la semana pasada al líder de UP como condición para negociar.
La portavoz parlamentaria se refirió a la aceptación por su grupo de la exigencia planteada por Sánchez, quien reclamó que Iglesias desistiera de formar parte de una futura administración conjunta, tras considerarlo el ‘principal escollo’ para avanzar en un acuerdo.
‘Nos dijeron que si él daba un paso a un lado el Gobierno de coalición era inminente, pero a todo lo que hemos planteado el Partido Socialista nos dijo no’, lamentó Belarra.
Si Sánchez quiere salir investido este jueves, necesitará, como mínimo, convertir la abstención de UP en un sí y que Esquerra Republicana de Cataluña (independentistas) y el Partido Nacionalista Vasco se abstengan.
De cara a la reunión de hoy, Unidas Podemos -alianza entre Izquierda Unida, Podemos y sus confluencias territoriales- espera un ‘paso sincero’ del PSOE, con una propuesta realista y razonablemente proporcional al reparto de competencias de los ministerios actuales.
El acuerdo se resiste ante la cuestión de qué peso tendrá el grupo parlamentario izquierdista en esa hipotética administración conjunta.
Iglesias emplazó a Sánchez a respetar a los 3,7 millones de votantes de su partido y que no les propongan ‘ser un mero decorado en su Gobierno porque eso no lo podemos aceptar. Solo le pedimos respeto y reciprocidad’, advirtió.
En caso de que su designación fracasará también mañana, Sánchez tendría aún hasta el 23 de septiembre para intentar ser investido.
Si en esa fecha persistiera el bloqueo, se convocarían automáticamente nuevos comicios legislativos el 10 de noviembre, que serían los cuartos en cuatro años.