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José Melara
@DiarioCoLatino
A las nueve y media de la mañana estaba casi todo listo. Los estudiantes de la carrera de Anestesiología e Inhaloterapia de la Universidad de El Salvador y los miembros de la Cruz Roja se preparaban para realizar un simulacro de terremoto y rescate vertical.
“El evento es principalmente gracias a la iniciativa de los jóvenes de esta facultad, en la cual estamos año con año haciendo el simulacro. En esta ocasión, van a ser cuatro personas las que han quedado atrapadas prácticamente y van a ser bajadas en tirolesa. Dos de ellos van a venir en canastas. Esto lo hacemos porque en un evento real puede ser que haya personas golpeadas, heridas y no pueden bajar por sus propios medios”, comentó antes del evento Carlos López, vocero de la Cruz Roja.
A las diez en punto, la sirena de una ambulancia empezó a sonar y una estudiante avisó a través del micrófono que el simulacro empezaba. A los minutos, catedráticos y estudiantes salieron del edificio de la facultad. Iban detrás de una persona que llevaba un chaleco naranja y sostenía una señal que decía punto de encuentro. Una vez el edificio fue evacuado, grupos de búsqueda y rescate formados por estudiantes y miembros de la Cruz Roja entraron al edificio para encontrar víctimas (simuladas, por supuesto).
“Nosotros lo que estamos haciendo es tratar de que el joven esté capacitado y los conocimientos los tengan las personas. Como Cruz Roja, lo enseñamos no solamente aquí a los jóvenes universitarios, sino que también a los centros escolares, las oficinas de gobierno, oficinas particulares, iglesias y a quienes lo soliciten. Lo hacemos por la razón de que nuestro país está dentro del círculo de fuego: es la tierra de las hamacas. Nosotros lo que buscamos es que nos acostumbremos a vivir con los desastres y principalmente con los temblores y los terremotos, que son los que más víctimas nos han dejado”, agregó López.
De uno en uno, los equipos de búsqueda y rescate sacaron del edificio a quienes simulaban haber sufrido algún tipo de lesión. Al final, una camilla descendió por la tirolesa que atravesaba la plaza. Otros estudiantes atendieron a las simuladas víctimas para estabilizarlas y luego realizar su traslado a un hospital.
“Principalmente no hay que salir corriendo. Hay que esperar unos cinco minutos porque siempre hay réplicas. De antemano, hay que tener las rutas de salida y grupos de gente capacitada. En un caso real, debemos reunirnos en un lugar de convergencia para ver si todos nuestros compañeros están presentes. En el caso de niños, lo que hacemos es que la profesora no sale antes de los niños. Debe salir detrás y con las manos sobre la cabeza”, finalizó el vocero de la Cruz Roja.
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