Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Cruz Roja Salvadoreña recibió una donación de 100 lámparas LED, de parte de una reconocida distribuidora de baterías, elementos básicos que debe tener la mochila para las primeras 72 horas de ocurrido un desastre.
Con motivo de este donativo, Cruz Roja Salvadoreña, recomendó a los salvadoreños, ante un desastre que pueda ocurrir, es fundamental realizar un plan familiar de emergencia donde se incluya la mochila de las 72 horas y así estar preparados.
“Es importante que las familias estén preparadas ante cualquier desastre, para saber qué hacer ante una emergencia de gran magnitud, donde se pierden vidas humanas”, externó Benjamín Ruiz Rodas, presidente de Cruz Roja de El Salvador.
Ruiz Rodas, agradeció a la distribuidora de baterías por la donación, externó que las lámparas LED servirán para equipar botiquines usados por los voluntarios de la institución para atender emergencias.
La institución de ayuda humanitaria, también entregó equipos de primera respuesta en situación de lluvia, deslizamientos y demás desastres a cinco escuelas de Sensuntepeque y Ciudad Dolores.
El donativo de insumos para los centros escolares, consta de camilla rígida, cascos, chalecos, botiquín, megáfono, conos, señalización, entre otros y fue realizado por el proyecto Actividades de Reducción de Riesgo para Latinoamérica (LARRA), el cual es financiado por Cruz Roja Americana. Con el aporte se benefició a 1,356 alumnos, quienes además fueron capacitados previamente por personal de la institución en diferentes temáticas para prepararlos como primero respondedores ante cualquier emergencia o desastre.
“Los estudiantes y docentes de los diferentes centros escolares, “han sido capacitados en primeros auxilios, evacuación, seguridad vial, apoyo psicosocial, prevención de incendios, sistema de alerta temprana, plan de protección escolar y actualización de mapa de riesgo”, dijo Carlos Navidad, Técnico del proyecto LARRA.
La Gestión para la Reducción de Riesgo, es una de las áreas estratégicas de trabajo de Cruz Roja, para reducir la vulnerabilidad de los estudiantes en los centros escolares y de la población en general de las comunidades.