José Roberto Osorio
Sociólogo
Algunas voces señalan que los valores son un tema trascendental y que deben promoverse, enseñarse y practicarse. Aun con este reconocimiento, a estas fechas, no se ha podido establecer si existe, cabalmente definido y ubicado, un marco de valores que correspondan a la llamada nacionalidad salvadoreña.
En algunos discursos la supuesta pérdida de valores, se asume como una de las causas de la vorágine de sangre, crimen y violencia que se desató tras el fin burocrático del conflicto, sobreentendiéndose que en tiempos pasados se practicaban un conjunto de principios rectores de buena conducta de los salvadoreños.
En términos legales, el asunto arranca desde la Carta Magna de la República que en el Art. 55 establece los fines de la educación, siendo uno de ellos: “…conocer la realidad nacional e identificarse con los valores de la nacionalidad salvadoreña”.
Cabe suponer que para identificarse con esos valores, los mismos deben estar claramente señalados y establecidos. Sin embargo, hasta el momento, no se ha podido ubicar ese marco de valores y los especialistas advierten que no hay acuerdo en cuáles son esas virtudes y la normativa o documento donde puedan encontrarse.
Con la intencionalidad de ubicar conceptos, se ha examinado la letra del himno nacional, entre la que se encuentran conceptos como paz, progreso, libertad, honor, derechos.
Asimismo, entre los objetivos de la educación nacional, el literal h del artículo 3 de la Ley General de Educación, determina: “h) Cultivar relaciones que desarrollen sentimientos de solidaridad, justicia, ayuda mutua, libertad y paz, en el contexto del orden democrático que reconoce la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado”. Y en el Art. 90 del mismo cuerpo normativo se lee: “Son derechos de los educandos: a) Formarse en el respeto y defensa de los principios de libertad, verdad científica, moralidad y justicia; i) Ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y solidaridad universal;…” A partir de estos contenidos, cabe preguntar: ¿Tales conceptos se acercarían o podrían asumirse como los valores que definen a la nacionalidad salvadoreña?
A modo de ejemplo, en un hermoso país vecino y hermano, se estableció que los principios que mayormente se practicaban eran: Libertad, honradez, equidad, transparencia; lealtad y constancia; pluralismo étnico-cultural y solidaridad.
Una investigación realizada en un país de América del Sur determinó que los valores que la juventud considera importantes para el desarrollo de esa nación, son: Creatividad, iniciativa, honestidad, disciplina, patriotismo, responsabilidad y dedicación al trabajo.
Abundando sobre la relevancia de los valores humanos, cabe reiterar que el comportamiento de las personas se rige por sus principios, los que se evidencian en las conductas o actitudes. En el proceso de formación de la personalidad, los valores son aquellos ejes que forman parte de la configuración interior y definen la orientación general de los comportamientos de cada persona: son patrones que sirven para guiar la vida de los seres humanos. No es suficiente predicar los valores, sino fundamentalmente ponerlos en práctica en la vida personal, familiar, ciudadana y laboral. Es crucial que sean transversales a cualquier esfuerzo educativo, formando parte intrínseca del desarrollo de las competencias de aprendizaje.
Es muy importante que todos los actores educativos medien pedagógicamente con el ejemplo para que los niños, niñas y adolescentes los interioricen. La sociedad adulta, en los diferentes espacios educativos, tiene una gran responsabilidad. Se aspira a que los educandos (hijos e hijas), encarnen vivencialmente: solidaridad, responsabilidad, tolerancia, justicia, veracidad y honradez. La educación en valores es tarea de todos.
¿Y usted, qué opina?
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