PROYECTO CULTURAL SUR VANCOUVER
Cuando hablamos de cultura, hablamos de nosotros, de nuestra identidad, porque el término cultura es una forma de designar ámbitos muy distintos.
Es la forma viable para describir el conjunto de conocimientos, valores, creencias y formas de vida que nos constituyen como personas, como etnias, como grupos y hasta en la forma de donde y como erradicarse, en cualquier lugar del mundo donde nos encontremos con vida, en una lucha constante por lo nuestro, pero en esta guerra se nos estamos sufriendo los más denigrantes cambios, los más drástico, pesado y oscuro cambios que hiere y que nos hace vulnerables, nos han cambiado la forma de morir, han estandarizado la muerte. A nuestros muertos los sepultamos con cariño, con el amor del cual no podemos desprendernos drásticamente, porque es como una cuerda umbilical que nos une.
Eso fue lo primero que nos cambiaron, de un ataúd a una bolsa plástica, de una sepultura a una fosa común; con esta dinámica han medido el grado de obediencia de la humanidad.
Lo que hoy estamos viviendo mediante este fenómeno, entre comillas “natural” ha generado una tremenda crisis cultural están estrangulando ese conjunto de actividades humanas creativas, algunas pequeñas pero relevantes a la vez: por ejemplo los latinoamericanos usamos ciertas forma para expresar el grado de amor y cariño que le profesamos a nuestros amigos y familia; que van desde el abrazo, compartir alimentos, encuentros amistosos, abrazos y besos sociales, artes y las letras.
El concepto de cultura se ha ido convertido cada vez más en un elemento constitutivo del estado de bienestar o protección y seguridad. Apoyo a la protección humana, ya no son permitidas las visitas a museos, bibliotecas, teatros, festivales y una gran variedad de actos que pese a las desigualdades de acceso y participación existían, y funcionaban como parte de la cultura, ahora es prohibido se ha vuelto un peligro rotundo para la vida humana, la acción cultural y democrática de una sociedad.
Se ha relevado a un término negativo para la vida, hasta parece una forma fría de islas la humana, anular la capacidad de discernir, de amor por la cultura y se concretan en la dinámica que constituye la emergencia; es así como se produce una enorme y lamentable fractura en el sistema cultural.
Propiciando con ello un impacto en termino social este problema de carácter crisis en la salud, hecho por el hombre con propósitos macabros, o como fuese, ha generado numerosos cambios.
Los cambios que está experimentando nuestra época arremeten directamente a la clases de bajos recursos, no deja lugar a dudas que estamos sufriendo una transformación involuntaria, es hasta cierto punto ilógico pero tiene una lógica y se justifica con la idea; “Protección humana” ¡Protégete tú! ¡Ayudaras a tu hermano! ante este fenómeno los más afectado son los distintivos culturales, en síntesis estamos hablando del ser humanos, de nosotros, de ellos, los que estamos en la mira de la muerte.
Estos meses monstruosos de pandemia han dado sus frutos, cambios constante de vida a muerte, cambios, que buscan estandarizar los gustos, globalizar mercados y hacer desaparecer rasgos culturales, barriendo con ello lo poco que nos quedaba de nuestra identidad.
Unidos en la diversidad, por la paz y la dignidad.
Por el Pc-surv
Lucy Ortiz