Por Hélène Colliopoulou/Atenas/ATP
Al menos 44 migrantes, hospital entre ellos veinte niños, order murieron este viernes en el mar Egeo, en tres naufragios entre las costas griegas y turcas, llevando a 139 el número de refugiados muertos este mes en el Mediterráneo.
En base a datos difundidos por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), enero de 2016 batió un nuevo y macabro récord de refugiados muertos con respecto a enero de 2015 (82) y a enero de 2014 (12).
Los guardacostas griegos recuperaron 20 nuevos cuerpos de migrantes ahogados la madrugada del viernes, lo que elevó a 44 muertos –de ellos 20 niños– el balance aún provisional de tres naufragios entre las costas turcas y griegas, según la policía portuaria.
Las nuevas víctimas halladas perecieron el naufragar su barco ante el islote de Kalolimnos, lo que causó 34 muertos.
Otras siete personas se ahogaron cuando su embarcación se hundió ante la isla de Farmakonissi. Además, los guardacostas turcos hallaron los cuerpos de tres niños tras otro naufragio frente a la localidad de Didim, según la agencia de prensa Dogan.
La búsqueda prosigue en esas zonas, pues según las 26 personas que pudieron ser rescatadas varias decenas de viajeros se hallaban a bordo.
El jueves, al menos 12 migrantes, entre ellos varios niños, murieron ahogados frente a las costas turcas del Egeo tras naufragar la embarcación con la que trataban de llegar a las islas griegas. Los guardacostas turcos lograron rescatar a 28 personas.
A pesar del frío, miles de migrantes, muchos de ellos huyendo de las guerras en Siria, Irak y Afganistán, se aventuran cada día en las aguas del mar Egeo para alcanzar las islas griegas, puerta de entrada en Europa.
Desde comienzos de año, la OIM ha contabilizado 31.000 llegadas a las islas griegas del Egeo oriental, 21 veces más que en enero de 2015.
La UE no logra financiar su promesa
En este contexto, la canciller alemana Angela Merkel, criticada en su país y aislada en Europa, intentaba este viernes lograr el apoyo de Turquía para reducir el flujo de migrantes.
Merkel se entrevistaba este viernes en Berlín con el jefe de gobierno turco Ahmet Davutoglu y sus principales ministros en una reunión de consultas germano-turcas que la canciller califica de «clave» para resolver la crisis de los migrantes.
Turquía, país por el que pasan muchos candidatos a lograr asilo en Europa, desempeña un papel central en la estrategia de Merkel de reducir este año de manera «significativa» el número de solicitantes de asilo que llegan a Alemania, y que alcanzaron en 2015 la cifra récord de un millón.
«Tenemos un interés común en que vayan menos refugiados a Turquía y que Turquía simplemente no los deje pasar (…) es por ello que queremos determinar nuestros intereses comunes, para que esto cese», declaró el jueves el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière.
La UE prometió a fines de noviembre 3.000 millones de dólares a Turquía a cambio de controlar mejor sus fronteras y luchar contra los traficantes de personas, pero los gobiernos europeos no consiguen financiar su promesa y por el otro acusan a Turquía de no cumplir lo acordado.
Dividida por la crisis migratoria, la Unión Europea prepara una revisión de las reglas para recibir refugiados, cuya carga reposa de manera desmesurada en unos pocos países, pero el plan de modificación despierta resistencias en numerosos países.
El reparto, tal como lo ha propuesto la Comisión, haría que Alemania, Francia, España o incluso Polonia, reciban los mayores contingentes de migrantes. Gran Bretaña podría sustraerse a esta obligación, como se lo permiten los tratados europeos.