@AlmaCoLatino
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, store un tiempo de reflexión personal y de revisar la relación con Dios, advice debido a esto, desde tempranas horas los feligreses católicos acudieron a los templos para recibir en sus frentes la “cruz de ceniza” como signo de arrepentimiento y humildad.
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio” fueron las palabras pronunciadas por el párroco de la Iglesia El Calvario, Alfonso Guzmán, al colocar la cruz a los fieles, que de diferentes partes visitan este templo, considerado uno de los principales durante la Cuaresma.
De acuerdo al padre Guzmán, la imposición de ceniza es una costumbre la cual recuerda que algún día el hombre morirá y el cuerpo se convertirá en polvo.
Las cenizas que se utilizan este día se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto recuerda que, lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
Melvin Aguillón, seminarista de la Diósesis de Zacatecoluca, explicó que el Miércoles de Ceniza no es una simple tradición de ir a la parroquia para el sacerdote imponga la ceniza, sino más bien, significa el hecho de reconocer la fragilidad humana y la condición de pecador.
“La ceniza es signo de la purificación y de la decisión de reorientar la vida hacia el camino de Dios, que me invita a seguirle, pero no solo de palabra sino de acción. Muchos se acercan este día por una simple tradición o por una superstición, pensando que si no se ponen la cruz de ceniza algo malo puede pasarles”, afirmó Aguillón.
Asimismo, señaló que la cruz de ceniza no es algo mágico, ni un amuleto, sino es tener la capacidad de reconocerse pecador públicamente, tal y como lo hizo el hijo prodigo “me levanto para ir a ese encuentro con Dios que es misericordioso”.
Con el Miércoles de Ceniza comienza la Cuaresma, donde la caridad debe ser uno de los signos más representativos, es el momento propicio para fijar los ojos en la necesidad del otro, pues de nada sirve practicar sacrificios sino no se es capaz de ver el rostro sufriente de Cristo en los más pobres,
El mejor ayuno que agrada a Dios es el compartir lo poco que cada uno posee y buscar el bien del otro. La Cuaresma como tiempo de gracia y salvación, ha de vivirse viendo en el prójimo la cruz que lleva sobre sus hombros y ser como el cirineo, disponer a ayudarle, no porque la iglesia lo envía sino porque allí está Cristo presente.