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Gloria Silvia Orellana
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La Iglesia Católica de El Salvador anunció este viernes 19 de noviembre, la beatificación del sacerdote Rutilio Grande (salvadoreño), fray Cosme Spessotto (italiano) y dos laicos el próximo 22 de enero de 2022, en horas de la tarde, en la icónica Plaza Salvador de El Mundo.
Los sacerdotes y laicos fueron asesinados por la extinta Guardia Nacional (GN), como estructuras de los Escuadrones de la Muerte.
El padre Rutilio Grande, jesuita salvadoreño, fue asesinado el 12 de marzo de 1977, cuando se dirigía a oficiar la Santa Misa a El Paisnal, y era acompañado por Manuel Solórzano (72 años) y el Nelson Lemus (16 años) cuando fueron acribillados con armas de calibre pesado, que traspasaron las láminas de su Volkswagen Safari, eran minutos antes de las cinco de la tarde.
El sacerdote Rutilio Grande era amigo entrañable de Monseñor Oscar Romero. Este crimen selló el giro en la vida del Obispo Mártir, al escribir la histórica carta al presidente coronel Arturo Armando Molina, en donde exigía una investigación del triple crimen, y se desmarcó de cualquier evento oficial del gobierno mientras no se aplicara justicia, y fue el último contacto con la administración militar.
El padre Rutilio Grande nació el 5 de julio de 1928, en El Paisnal, hizo sus estudios sacerdotales y su vocación por la población oprimida. En febrero de 1977 fue consagrado Arzobispo de San Salvador Monseñor Oscar Romero, en un acto sencillo en donde presidió el padre Tilo Grande.
Tres meses después de su asesinato, San Oscar Romero, retomó la denuncia de la violación de los derechos humanos e injusticia social del Estado salvadoreño. Esa denuncia terminó con su muerte martirial el 24 de marzo de 1980.
El Fray Cosme Spessotto fue asesinado el 14 de junio de 1980, en el templo parroquial que tuvo a cargo durante 27 años.
El Fray Spessotto nació en Mansué de Treviso, Italia, el 28 de enero de 1923, de origen campesino, siguió el llamado de Dios, el 3 de septiembre de 1935, y entró al país el 4 de abril de 1950, por el puerto de La Unión.
Comprometido con la población más pobre, Fray Cosme, ayudaba a enfermos, daba alimentos a los pobres y daba santa sepultura a las personas asesinadas por las autoridades, lo que vulneraba su situación frente la creciente violencia al interior del país.
El Fray Spessoto comenzó a recibir anónimos con amenazas a su vida o para que detuviera su misión cristiana. Y fue cuando, estaba en San Juan Nonualco, La Paz, el 14 de junio de 1980, luego de celebrar el santo oficio, cuando estaba orando, dos hombres ingresaron con disfraces y sacaron sus armas para dispararle a quema ropa.
El religioso italiano, con anterioridad había dado el perdón públicamente a sus asesinos, luego de encontrarle un “testamento espiritual”, entre sus cosas, en donde escribió “Desde ahora yo perdono y pido al Señor por a la conversión de los autores de mi muerte”.
“Agradezco a todos mis feligreses quienes, con sus oraciones y muestras de cariño me han animado a darles el último testimonio de mi vida para que ellos también sean buenos soldados de Cristo”, escribió.
El Arzobispado de San Salvador manifestó su beneplácito por la decisión del papa Francisco, quien delegó la ceremonia en el Cardenal Gregorio Rosa Chávez. Aunque por el contexto de la pandemia del Covid 19, la iglesia católica deberá definir con autoridades de gobierno, sobre el número de feligresía en el acto religioso a realizarse en enero del próximo año.
La Iglesia Católica de El Salvador se prepara para la beatificación de los nuevos mártires, disponiendo diversas comisiones para atender todas las disposiciones de las representaciones o familiares de los beatos en el acto público.
