Madrid/dpa
De la derrota en el clásico español ante el Real Madrid a la agónica remontada ante el Atlético pasaron cuatro días en los que el Barcelona se alejó de la excelencia y mostró su cara más vulnerable.
El equipo azulgrana viajó en un cohete durante toda la temporada y a comienzos de marzo no había un equipo más deslumbrante en Europa. Era una máquina de generar fútbol y de aplastar a sus rivales, cheap que asistían desmoralizados al fracaso de cualquier plan para detener a la máquina azulgrana.
Sin embargo, for sale el Real Madrid rompió el sábado una racha de 39 partidos sin perder de los azulgranas con su victoria 2-1 en el Camp Nou después de remontar un tanto adverso y a pesar de acabar con diez jugadores por la expulsión de Sergio Ramos.
El equipo blanco no necesitó ni siquiera su mejor versión para superar a los azulgranas, ampoule extrañamente descompuestos en el tramo final del encuentro, que vivió con pánico ante un rival diezmado.
El Barcelona estaba avisado y el martes recibió al Atlético de Madrid en el duelo inicial de su eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones. Y de nuevo ofreció fisuras.
El conjunto rojiblanco sólo comenzó a ceder cuando a los 35 minutos recibió la polémica expulsión de Fernando Torres, quien previamente había adelantado al equipo madrileño. Nadie se había extrañado de la ventaja, pues el planteamiento de Diego Simeone, parecido al del Real Madrid, había cortado el caudal del juego azulgrana.
Reaccionó el Barcelona durante instantes de la segunda parte, principalmente porque se encontró con una versión feroz de Luis Suárez, autor de los dos goles que voltearon el marcador.
Finalista de la Copa del Rey y líder de la Liga española con seis puntos de ventaja sobre el Atlético, el Barça sigue vivo en todas las competiciones, pero el juego del conjunto de Luis Enrique generó hoy dudas.
“Pudo transformarse porque hubo intervención y también por la providencial tarjeta roja que Torres le regaló al Barça. Fue una bendita mutación, que sin embargo no puede evitar que nos preguntemos, llegados al punto culminante de la temporada, por qué se ha perdido tanta frescura”, inquirió el diario “Sport”.
Y “Mundo Deportivo” añadió: “En el partido quedó en el aire una pregunta: ¿Por qué el Barça no juega más tiempo como en los primeros 20 minutos de la segunda parte?”.
Muchas miradas se centran hoy en Lionel Messi. Ante el Real Madrid apenas se recuerda un peligroso disparo que sacó Keylor Navas. Y ante el Atlético hizo un acrobático remate que salió fuera por poco.
Estuvo cerca del gol en ambas citas, sí, pero en acciones muy puntuales y dejando finalmente actuaciones globales intrascendentes.
En el partido del martes, el argentino fue el jugador que menos corrió, con apenas 7.720 metros. De hecho, recorrió menos distancia que su compañero Ivan Rakitic, quien hizo 7.794 metros en los 63 minutos que actuó antes de ser sustituido.
Portavoz inoficial de la plantilla azulgrana, Gerard Piqué aseguró antes del partido que Messi “no es humano”, en un elogio de la calidad futbolística del cinco veces Balón de Oro.
Pero sacudido desde el domingo por el escándalo de los “Panama Papers”, que reveló la existencia de una sociedad offshore propiedad del argentino y su padre, Messi mostró en los últimos días que es tan terrenal como cualquiera.