Tel Aviv/AFP
Dos palestinos sembraron el pánico el miércoles por la noche en Tel Aviv disparando indiscriminadamente contra clientes de bares y restaurantes de un barrio muy animado, con un balance de cuatro muertos y cinco heridos.
Este ataque es uno de los peores cometidos por palestinos contra israelíes desde que comenzó en octubre una ola de violencia. Los dos agresores fueron detenidos.
Los dos palestinos abrieron fuego hacia las 21H30 (18H30 GMT) en el barrio de Sarona, a dos pasos del ministerio de Defensa, muy animado a esa hora, informaron la policía y testigos.
Avraham Liber, un joven llegado de Jerusalén, se tomaba un helado con unos amigos en una terraza.
«Estaba sentado de manera que pude ver al agresor», contó, «parecía estar sentado en una silla, se levantó y se puso a disparar contra la gente alrededor suyo, a bocajarro». «Era de locos», añadió.
Meital Gonen, una joven, vio que la gente se abalanzó hacia la puerta de su tienda de ropa y suplicaba: «Hay un terrorista. Por favor, ábranos». «Gritaban, aullaban, había mucha sangre, gente se estaba muriendo. Era aterrador. Abrimos las puertas para que la gente pudiera ponerse a resguardo».
Yechiel Miller, un voluntario de los servicios de socorro United Hatzalah, contó que a su llegada se encontró «una dama inconsciente, que ya no respiraba, en estado crítico». Además de los heridos, muchas personas fueron atendidas en estado de choque, contó otro enfermero, Davidi Dahan.
Las condiciones de la neutralización de los agresores no estaban claras. Uno fue detenido aparentemente indemne según indicó la policía y el otro, alcanzado por varios disparos, fue evacuado en estado grave a un hospital.
La policía los identificó después como dos primos palestinos de la región de Hebrón, en Cisjordania ocupada.
El ataque provocó escenas de pánico. También se corrieron rumores como uno, desmentido luego, de que uno de los atacantes había logrado huir.
«No tenemos información sobre un terrorista que se haya escapado, la gente puede retomar sus actividades normalmente», declaró el jefe de la policía luego de que la zona fuera acordonada de forma provisional.
Acciones intensivas
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que regresó de una visita a Moscú, acudió al lugar del atentado después de reunirse con el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, y altos responsables, indicó por la noche un comunicado de la oficina de Netanyahu, que evocó «un asesinato terrorista cometido a sangre fría».
«Policía, ejército y otros servicios de seguridad realizarán acciones intensivas no sólo para capturar a cada cómplice de este asesinato, sino también para prevenir tales hechos», dijo Netanyahu.
Israel, Jerusalén y los territorios palestinos viven una ola de violencia que ha costado la vida a 207 palestinos, 28 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un sudanés desde el 1 de octubre, según un recuento de la AFP.
La mayoría de los palestinos muertos eran autores o presuntos autores de ataques, la mayoría cometidos con cuchillos. Muchos de los atacantes procedían de la zona de Hebrón, sur de Cisjordania ocupada.
Sin embargo, la frecuencia de los ataques se había reducido considerablemente en los últimos meses.
El Gobierno israelí denuncia las incitaciones generalizadas a la violencia por parte palestina y el rechazo de la existencia del Estado de Israel.
Estados Unidos y Francia condenaron el atentado.
«Estos ataques cobardes contra ciudadanos inocentes jamás se pueden justificar», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.
El presidente francés, François Hollande, condena «con la máxima fuerza el odioso atentado» de Tel Aviv, reza un comunicado de la presidencia francesa, que expresa «su total apoyo a Israel en la lucha contra el terrorismo».
«Todos deben rechazar la violencia y decir no al terrorismo», dijo a su vez el enviado especial de la ONU a Cercano Oriente, Nickolay Mladenov, en aparente alusión a los dirigentes palestinos.
El 1 de enero ya se había producido en Tel Aviv un ataque similar al de este miércoles. Un árabe israelí había abierto fuego indiscriminadamente contra personas sentadas en terrazas de restaurantes y bares, dejando dos muertos y varios heridos. Durante su huida, había matado a un taxista. Fue abatido una semana después.
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