Por Laurent Lozano
Jerusalén/AFP
Cuatro soldados israelíes murieron el domingo atropellados por un camión en Jerusalén oeste, en un ataque perpetrado por un palestino, presentado por Israel como simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El conductor fue abatido a balazos, en tanto otros 17 soldados resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, indicaron los socorristas.
Los medios palestinos identificaron al conductor como Fadi Al Qanbar, residente de Jerusalén este, parte de la ciudad ocupada y anexada por Israel desde 1967.
Los militares muertos eran tres mujeres y un hombre, todos veinteañeros, un subteniente y tres soldados.
«Los atentados se suceden, de Francia a Berlín y ahora en Jerusalén, y es probable que estén vinculados entre sí», declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien afirmó que el atacante era «simpatizante del EI».
El ataque ocurrió de tarde temprano en un paseo muy popular, desde el que se observa la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Un grupo de soldados descendía de un autobús en el lugar, cuando el camión «embistió contra ellos», precisó un portavoz de la policía, Micky Rosenfeld.
El camión finalizó su carrera sobre el césped, cerca del autobús, con varios impactos de bala en el parabrisas.
Un video colgado en línea muestra un pequeño camión blanco salirse de su ruta y sembrar el pánico entre los soldados. Enseguida dio marcha atrás para volver al mismo lugar, donde fue detenido probablemente por los disparos.
Lea Schreiber, guía civil, quien conducía a uno de los grupos de soldados, que son llevados al lugar para sensibilizarlos en cuanto a la historia de la ciudad, meollo del conflicto entre israelíes y palestinos, señaló: todo el mundo gritaba (…) se les ordenó protegerse detrás de un pequeño muro porque se temía otro ataque».
Reacciones diferentes
«Primero pensamos en un accidente. Pero cuando el conductor continuó su camino nos dimos cuenta que era un atentado terrorista (…) Y disparamos», comentó un soldado en un video del ejército israelí.
Este ataque ocurrió en los confines del barrio de colonización judía de Armon Hanatziv y el palestino de Jabal Mukaber, en Jerusalén este.
Fawzi Barhum, un portavoz del Hamas islamista palestino, enemigo de Israel, denominó el ataque de acto «heroico».
«No hay nada de heroico en tales actos», reaccionó el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz, Nikolay Mladenov.
La Casa Blanca se expresó en la misma línea afirmando que «estos actos cobardes nunca pueden ser justificados», indicó el portavoz de Consejo Nacional de Seguridad, Ned Price en un comunicado.
En Israel, Jerusalén y Cisjordania ocupada se registra desde septiembre de 2015 una ola de ataques palestinos, cometidos en su gran mayoría con arma blanca.
Antes de este ataque del domingo, uno de los más mortíferos hasta ahora, el saldo de muertos es de 247 palestinos, 40 israelíes, dos estadounidenses, un jordano, un sudanés y un eritreo, según recuento de la AFP.
La mayoría de los palestinos abatidos eran jóvenes aislados, autores o presuntos autores de ataques anti-israelíes.
Este atentado tuvo lugar cinco días después de la condena a un soldado israelí, acusado de haber ultimado a un atacante palestino cuando yacía herido e indefenso en el suelo.
El sargento franco-israelí Elor Azaria, de 20 años, fue declarado culpable de homicidio voluntario por un tribunal militar y es posible de una pena de hasta 20 años de cárcel.