La Habana/PL
Cuba aboga por la paz y la estabilidad en la península de Corea, aseguró el canciller cubano Bruno Rodríguez al recibir a su homólogo de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Ri Yong Ho.
Desde la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rodríguez reiteró que solo a través del diálogo y las negociaciones se podrá lograr una solución política duradera al conflicto en esa zona.
El titular cubano de Relaciones Exteriores le expresó a su par asiático el enérgico rechazo a las certificaciones y listados unilaterales y arbitrarios establecidos por Estados Unidos.
Afirmó en ese sentido que estos sirven de base a la aplicación de medidas coercitivas contrarias al Derecho Internacional.
Reiteramos nuestro reclamo al respeto a la soberanía e independencia de los Estados, la libre determinación de los pueblos, el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza, indicó el jefe de la diplomacia cubana.
El diplomático abogó también por la solución pacífica de controversias, el derecho de establecer un modelo propio político, económico, social y cultural, y la no injerencia en los asuntos internos.
Manifestó que las relaciones entre La Habana y Pyongyang son satisfactorias y están basadas en los tradicionales principios de amistad establecidos por los líderes históricos Fidel Castro y Kim Il-sung.
Los vínculos entre Cuba y la RPDC se desarrollan entre nuestros pueblos, partidos y gobiernos, acotó el canciller.
A su vez, Ri Yong Ho, quien llegó a la isla caribeña la víspera, refirió que ambos países ‘estamos construyendo el socialismo bajo la presión y bloqueo cruel de los imperialistas’.
El ministro de Relaciones Exteriores de la RPDC insistió en la importancia del intercambio de opiniones y delegaciones entre los países socialistas ‘para la construcción amistosa de nuestro socialismo’.
La situación en la península coreana se está agravando y es tenso por el incremento del uso de las fuerzas militares de los imperialistas, indicó el diplomático asiático.
La RPDC ratificó el carácter invariable de su posición en tanto persistan la política hostil y el chantaje anti-RPDC de la Casa Blanca, y descartó la posibilidad de diálogo bajo dichas condiciones.
Las maniobres de Washington y sus aliados, así como la continua realización de ejercicios militares en las costas cercanas a la península, constituyen para Pyongyang una muestra abierta de hostilidad y amenaza latente.
De ahí que las autoridades del país asiático lleven a cabo pruebas frecuentes en su programa de armamento nuclear, con el objetivo de verificar la defensa nacional ante posibles ataques.