La Habana / AFP
Cuba aprobó normas para hacer más «flexibles» y «expeditos» los procesos de inversión extranjera, una actividad que considera vital para el desarrollo del país pero que marcha lentamente, informó la directora de Inversión del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (Mincex), Déborah Rivas.
Un decreto del Consejo de Estado y de Ministros y tres resoluciones ministeriales, que entrarán en vigor el 1 de septiembre, «harán más expeditos los trámites (…) para todos aquellos inversionistas que deseen negociar con Cuba», dijo.
Los cambios retiran la carga burocrática en la entrega de propuestas al Mincex. Por ejemplo, ahora solo será necesario un estudio de prefactibilidad como requisito para la presentación de oportunidades de negocios, sin la «ingeniería básica del proyecto ni otros requerimientos más complejos».
También deja para etapas posteriores los estudios de impacto ambiental y de compatibilidad con los intereses de la defensa del país, que hasta ahora se exigen al inicio.
«No es que se elimine este tipo de estudio sino que ya deja de ser un requisito para la etapa de presentación de los negocios», dijo Rivas, citada por el diario oficial Granma.
Estos cambios también permitirán agilizar el desembolso de la inversión y simplifican la evaluación técnico-económica del proyecto. Las normas fueron publicadas este jueves en la Gaceta Oficial.
De acuerdo con la funcionaria del Mincex, si bien las nuevas normas no tienen un impacto directo en la captación de negocios, «pretenden hacer más flexibles los procedimientos de evaluación y aprobación de las oportunidades de negocio».
El proyecto de nueva Constitución, que el Parlamento cubano sancionó hace 10 días, reconoce «la importancia de la inversión extranjera para el desarrollo económico del país», un mecanismo que ya existía pero sólo como complemento a la mayoritaria inversión estatal en la isla socialista.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel consideró en junio a la inversión extranjera como una «prioridad» y criticó que algunas negociaciones para captar capital foráneo se dilaten excesivamente e impidan concretar proyectos. Pidió entonces «ser creativos y ágiles».
Cuba aprobó en 2014 una nueva Ley de Inversión Extranjera para dar más incentivos al capital foráneo e inauguró el megapuerto del Mariel (45 km al oeste de La Habana), una zona franca llamada a convertirse en el principal polo industrial de la isla.
Pero hasta la fecha, en medio del embargo de Estados Unidos, las restricciones que impone el gobierno y los problemas burocráticos, el promedio de inversión extranjera está muy por debajo de los 2.500 millones de dólares anuales que el país necesita para apuntalar su crecimiento.
La economía cubana creció 1,1% durante el primer semestre y enfrenta «una tensa situación en las finanzas», admitió Díaz-Canel.