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Casi el 80 por ciento de los niños con leucemia en Cuba han sido curados de ese tipo de cáncer, salve online el más frecuente en la infancia en el mundo, aseveró el doctor Sergio Machín, especialista de II Grado en Hematología y jefe de la clínica pediátrica del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), quien explicó que este éxito es comparable con los de naciones desarrolladas, lo cual es resultado del alcance social del sistema nacional de salud.
Aclaró que la leucemia linfoide aguda (LLA) es la dolencia maligna más común en ese grupo etario y la primera que se trató con un protocolo integrado por 14 países, incluida Cuba.
Destacó que ello forma parte de un estudio internacional formado por expertos de diferentes partes del mundo. Entre los países de América Latina se encuentran también Argentina, Chile y Uruguay, junto a los de otros continentes, fundamentalmente de Europa.
Existen varios protocolos en el IHI desde los años 70 cuando se comenzaba el tratamiento de las leucemias y se han ido incorporando nuevas formas de procedimiento que han llegado hasta el actual que comenzó en 2009 y ha logrado este nivel de curación, precisó.
La red nacional para el tratamiento de enfermedades hematológicas malignas en niños está distribuida en siete instituciones en el país, dos de ellas en La Habana y una en Pinar del Río, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Existen varios tipos de leucemia pero se dividen en dos grandes grupos, linfoides y no linfoides, la primera también llamada leucemia linfoblástica aguda es el cáncer más frecuente en el niño, advirtió el galeno.
Anualmente se diagnostican alrededor de 70 casos con leucemia en el país, y de ellas el 75 por ciento son linfoblásticas, y todas con posibilidades de tratamiento con cura de la enfermedad, recalcó. El doctor Machín dijo que la linfoide aguda tiene de un 70 a un 80 por ciento de posibilidades de curación, pues los niños logran llegar a adultos con una vida normal, acotó.
La leucemia resulta una enfermedad maligna, en la cual existe una proliferación no controlada de algún tipo de células en la médula ósea que afecta la producción normal de la sangre y por tanto la de glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas. Ese padecimiento no es contagioso, ni se hereda, pero sí existe predisposición genética a las enfermedades malignas, concluyó.