Naciones Unidas/Prensa Latina
El bloqueo contra Cuba es una guerra económica extraterritorial, cruel y silenciosa que se acompaña de una poderosa maquinaria política de desestabilización, denunció este martes el presidente Miguel Díaz-Canel al condenar el cerco impuesto por Estados Unidos.
El pueblo cubano resiste y vence creativamente frente a esa guerra económica despiadada, que desde 2019, en plena pandemia, escaló de modo oportunista a una dimensión aún más extrema, rechazó el jefe de Estado durante el Debate General de las Naciones Unidas.
Entre otras afectaciones, el mandatario recordó que esa política persigue y trata de cortar los suministros de combustible y lubricantes hacia La Habana al tiempo que prohíbe el acceso a tecnologías, incluso equipamientos médicos, con más de un 10 por ciento de componentes norteamericanos.
Al mismo tiempo, atenta contra la cooperación médica de la isla en otras naciones con amenazas a gobiernos soberanos por solicitar esa contribución y responder a las necesidades de salud pública de sus poblaciones.
«Amparados en esa arbitraria y fraudulenta acusación, extorsionan a cientos de entidades bancarias y financieras en todas partes del mundo y las obligan a elegir entre continuar sus relaciones con los Estados Unidos o mantener sus vínculos con Cuba», argumentó.
Washington miente y hace un enorme daño a los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo cuando acusa a la nación, sin fundamento alguno, de patrocinar ese flagelo, agregó.
Se trata, dijo, de un cerco real acompañado de una poderosa maquinaria política de desestabilización, con fondos millonarios aprobados por el Congreso de los Estados Unidos, para capitalizar las carencias que provoca el bloqueo y socavar el orden constitucional y la tranquilidad ciudadana.
La mayor de las Antillas no es el primer país bajo sus efectos pero es el que por más tiempo las ha soportado a despecho de la condena mundial que cada año se expresa de manera casi unánime en esta Asamblea, subrayó.
En ese sentido, el mandatario rechazó las medidas coercitivas unilaterales impuestas además a países como Zimbabwe, Siria, Irán y la República Popular Democrática de Corea.
«A pesar de la hostilidad de su gobierno, continuaremos tendiendo puentes con el pueblo de los Estados Unidos, como hacemos con todos los pueblos del mundo y fortaleceremos, cada vez más, los vínculos con la emigración cubana en cualquier rincón del planeta», enfatizó.