La Habana/Prensa Latina
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció este jueves que nada podrá reparar el daño provocado a las familias de su país por las medidas extremas tomadas por Estados Unidos sobre la base de falsedades.
«Tras abusar de acusaciones infundadas para imponer medidas contra Cuba y retroceder en las relaciones bilaterales, finalmente la comunidad de inteligencia de Estados Unidos admite que no hubo ataque contra sus diplomáticos en Cuba, ni en otro lugar», detalló el ministro en Twitter.
Resaltó que es la misma conclusión a la que arribaron, tras investigación rigurosa, el equipo de expertos cubanos, el estadounidense Buró Federal de Investigaciones y científicos que hicieron el informe Jason.
La víspera el periódico The Washington Post informó que agencias de inteligencia estadounidenses descartaron que las misteriosas dolencias reportadas por diplomáticos del país norteño en la isla, en 2016, se deban a ataques de un adversario extranjero.
Acorde con la versión digital del medio informativo, que cita a funcionarios familiarizados con la investigación, resulta improbable que un enemigo en poder de un arma secreta esté detrás de los raros padecimientos.
Siete agencias de inteligencia participaron en la revisión de aproximadamente mil casos de «incidentes de salud anómalos», el término que usa el Gobierno estadounidense para describir una serie de síntomas físicos que incluyen zumbidos en los oídos seguidos de presión en la cabeza y náuseas, dolores de cabeza y molestias.
Cinco de estas, afirmó, determinaron que era «muy poco probable» que un adversario extranjero fuera responsable de los síntomas, ya sea como resultado de acciones intencionadas, como un arma de energía dirigida, o como subproducto de alguna otra actividad, incluida la vigilancia electrónica.
Los funcionarios dijeron que no encontraron evidencia, incluida información forense o datos de geolocalización, que sugirieran que un país contrario haya utilizado una forma de energía dirigida, como ondas de radio o rayos ultrasónicos, agregó.
Los síntomas sentidos por los diplomáticos estadounidenses se informaron por primera vez en la embajada de Estados Unidos en La Habana, en 2016, y aunque luego se describieron incidentes similares en India, Rusia, Vietnam y hasta en Washington, solo hubo represalias contra Cuba.