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La líder de la política extranjera de la Unión Europea, Federica Mogherini, estrecha la mano del Ministro de Cuba de Comercio Exterior e Inversión, Rodrigo Malmierca, en La Habana. [Foto Diario Co Latino/Jorge Luis Baños/AFP]

Cuba y la UE «reconfirman» su acuerdo político pese a Trump

La Habana/AFP

Carlos Batista

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, comenzó el miércoles una visita de dos días a Cuba para «reconfirmar» un acuerdo entre el bloque y la isla, un gesto a contravía de la política de Donald Trump.

Mogherini inició su agenda con un encuentro con el ministro de Inversión Extranjera y Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, y luego se reunió en privado con el Nuncio Apostólico, arzobispo Giorgorio Lingua, el cardenal cubano Jaime Ortega y el historiador de La Habana Eusebio Leal.

«Con la entrada en vigor del acuerdo provisional, vamos a hacer mucho más en todos los sectores de su competencia», dijo a Malmierca la jefa de la diplomacia europea, que también impartió el miércoles la conferencia magistral «La UE y América Latina».

Con esta tercera visita de Mogherini, se busca «una implementación conjunta ambiciosa y rápida del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación», firmado en 2016, había expresado el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) en un comunicado.

Según el SEAE, la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea estará «reconfirmando la fuerte relación entre la UE y Cuba».

La UE es el segundo socio comercial de Cuba, después de China, con un intercambio de unos 2.400 millones de dólares en 2016, así como el mayor inversor extranjero en la isla, en áreas como el turismo y la agroindustria.

Este jueves Mogherini se encontrará con el presidente del Parlamento, Esteban Lazo, y el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez.

El acuerdo

Suscrito el 12 de diciembre de 2016, el acuerdo entró en vigor el 1 de noviembre de 2017 con carácter provisional, hasta que sea ratificado por todos los miembros del bloque.

«Debe contribuir a la consolidación de relaciones estables, respetuosas, mutuamente beneficiosas y a largo plazo», dijo la cancillería cubana en esa fecha.

Cuba era el único país en América Latina que no contaba con un acuerdo de este tipo con la UE. Su aplicación derogó la «Posición Común» de 1996, que La Habana consideraba «discriminatoria», pues condicionaba la cooperación al avance en materia de derechos humanos.

El texto está dividido en tres capítulos: diálogo político (derechos humanos, desarme, migraciones, drogas, lucha contra el terrorismo, etc.); cooperación y diálogo sectorial (gobernanza, sociedad civil, desarrollo social, medioambiente) e intercambios comerciales.

«Por parte de la UE como por parte del gobierno cubano existe un interés en la implementación del acuerdo», que sobrepasa el cambio presidencial anunciado en Cuba para abril, dijo a la AFP el académico Eduardo Perera, de la Universidad de La Habana.

Raúl Castro abandonará la presidencia de Cuba el 19 de abril y debe sucederlo un mandatario de otra generación.

Para Perera, «los riesgos mayores están en que el acuerdo se vea como un fin y no como un medio» o que no evolucione a corto plazo.

A contravía de Trump

Las negociaciones del acuerdo llevaron casi dos años y comenzaron antes de que Barack Obama y Raúl Castro anunciaran el inicio del «deshielo» entre Estados Unidos y Cuba, el 17 de diciembre de 2014.

Este proceso, que desembocó con el restablecimiento de relaciones en 2015, favoreció también el acercamiento de la UE a la isla.

Pero la llegada de Trump a la Casa Blanca y su cambio de política hacia Cuba, reforzando el embargo y endureciendo el lenguaje político, ponen a la UE a contravía de las intenciones de Washington.

«En el contexto de retroceso impuesto por la administración Trump, (la visita) adquiere una connotación doblemente positiva, que evidencia por parte de la UE la consistencia de su cambio de política y el interés en que la aplicación del acuerdo tenga resultados», dijo Perera.

Sin embargo, la UE y Cuba son actores dispares en muchos sentidos y no se descartan desencuentros en temas como Venezuela, principal aliado político y económico de la isla, al cual la UE aplicó sanciones recientemente.

«La situación en Venezuela polariza de manera importante la opinión pública y ha sido en 2017 un tema muy visible y de interés tanto para Cuba como para la UE y genera posicionamientos», concluyó Perera.

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