Díaz-Canel agradeció a los representantes de los gobiernos de la región su apoyo contra la campaña de descrédito financiada desde Estados Unidos, y las amenazas a la integridad y soberanía de Cuba.
Reiteró que los cubanos defenderán el estado socialista de derechos humanos y justicia social para el bien de todo como quería José Martí, y les agradeció también sus demandas de levantar el bloqueo de Estados Unidos recrudecido de manera deliberada en condiciones de pandemia, a pesar de ser condenado por la aplastante mayoría de la comunidad internacional.
Dijo que se trata de una violación masiva de los derechos humanos de Cuba por parte de un Gobierno que amenaza, agrede y aplica medidas coercitivas contra un pueblo.
Denunció el intervencionismo estadounidense y su objetivo imperial para impedir el desarrollo soberano de las naciones del continente lo cual es un irrespeto del derecho internacional.
Díaz-Canel abogó por la solidaridad, la cooperación regional y el fortalecimiento de la unidad para lo cual la fundación de la Celac y su consolidación son vitales.
En cuanto a Cuba, señaló que, a pesar de su atraso económico por el bloqueo y todo lo negativo que este conlleva, el país logró avanzar en el campo de las ciencias, sobre todo médicas, y poder cooperar con los pueblos de la región en esa materia.
Dijo que Cuba tiene ya tres vacunas contra la Covid-19 y dos candidatos más que pronto lograrán esa clasificación, gracias a una idea y un propósito de Fidel Castro, principal impulsor del desarrollo científico y tecnológico en Cuba, lo que es una conquista también en favor de América Latina y el Caribe.
Consideró que la Celac materializó los anheles de integración regional de nuestros próceres, tras dos siglos de luchas y esperanzas.
Dijo que es hora de cerrar las profundas brechas que nos separan y avanzar hacia la integración, la cooperación y la solidaridad.
Elogió el diálogo respetuoso entre venezolanos que se desarrolla en México, y denunció las sanciones impuestas a Nicaragua, la injerencia en los asuntos internos de países del Caribe para impedir que reciban un trato justo a sus reclamos de reparación de los daños ocasionados por el colonialismo y la esclavitud, y mencionó en especial el caso de Haití.
Exigió continuar el proceso de paz en Colombia, restituir a la Argentina la soberanía de las Malvinas y cumplir el compromiso de un Puerto Rico descolonizado, libre e independiente.
Su llamamiento final fue a no dejar pasar la oportunidad de seguir construyendo historia.