Naciones Unidas / Prensa Latina
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció el lunes que como consecuencia del injusto orden internacional y del capitalismo como sistema, se considera la salud como una mercancía y no como un derecho.
Casi la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios básicos de asistencia médica, recordó al intervenir en la reunión de alto nivel sobre cobertura universal de salud, celebrada en la sede de ONU, en Nueva York.
‘Por filosofía, el capitalismo es contrario a la cobertura universal de salud, porque ello significaría mayores responsabilidades y gastos públicos para los Estados, y, por tanto, menor espacio y ganancias para quienes se enriquecen a costa de la salud ajena’, dijo.
En ese sentido, añadió, la experiencia cubana demuestra que, cuando hay suficiente voluntad política, es posible construir un sistema de salud único, público, gratuito y accesible para el 100 por ciento de la población.
Al cierre de 2018, Cuba registró una esperanza de vida de 78,45 años y una tasa de mortalidad infantil de 4,0 por cada mil nacidos vivos. El nivel inmunitario era del 98 por ciento, con 14 enfermedades infecciosas erradicadas, nueve que no constituían problemas de salud y 29 enfermedades transmisibles controladas, detalló.
Asimismo, agregó, se mantuvieron cumplidos los indicadores que certificaron a la isla como primer país en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH y la sífilis congénita.
Para obtener estos resultados, resaltó Rodríguez, no sólo hemos enfrentado los retos que nos impone nuestra condición de pequeño país en desarrollo, sino además el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos por casi 60 años, y que hoy se recrudece.
‘El bloqueo es el principal obstáculo a nuestro desarrollo y la única limitante actual para resultados aún más efectivos en el campo de la salud. Constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo’, expresó el canciller cubano.
La salud es uno de los sectores sobre los que mayor impacto tiene esta genocida política estadounidense, y por si fue poco, observó, Washington arremete ahora contra los programas de cooperación médica cubana con países en desarrollo, con el objetivo de desacreditarlos y sabotearlos.
Esos programas, sustentados en principios éticos y humanistas, constituyen un ejemplo de cooperación Sur-Sur, y han ayudado a muchos países de Latinoamérica y el Caribe, África y Asia, apuntó.
Al atacar esos proyectos, Estados Unidos no solo está agrediendo a Cuba, sino que socava las posibilidades reales de muchas naciones en desarrollo de lograr la cobertura sanitaria universal, materializar el derecho humano a la salud y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, señaló el ministro.
El acceso a la salud es un derecho humano y Estados Unidos comete un crimen al proponerse limitarlo, pero se equivoca al pensar que podrá eliminar estos programas, enfatizó.
Cuba continuará prestando su apoyo decidido a aquellos países del Sur que lo necesiten y seguirá fortaleciendo su larga tradición de cooperación e intercambio con entidades como las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, detalló, conscientes de que contar con servicios de salud de calidad para todos es una condición fundamental para lograr el desarrollo.