El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quien se encuentra en Austria en visita de trabajo, ofreció una conferencia de prensa en Viena, este lunes 19 de junio de 2017, a las 16:00 horas de Austria (10:00 horas de Cuba), donde aborda temas de alta importancia y actualidad sobre la política exterior cubana.
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla rechazó enérgicamente las medidas en torno a Cuba anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado viernes, las cuales, dijo, endurecen el bloqueo, y reiteró la voluntad de su país de continuar el diálogo respetuoso en temas de interés mutuo y negociar con EE.UU. los asuntos pendientes, pero sobre la base de la igualdad y el absoluto respeto a la independencia y la soberanía cubana. Jamás negociaremos bajo presión o amenaza, enfatizó.
La suspensión de las relaciones de compañías de Estados Unidos con empresas de las Fuerzas Armadas de Cuba, la prohibición de viajes de ciudadanos de su país como parte del llamado intercambio pueblo a pueblo, y más vigilancia al resto de los viajeros; la revisión de todos los programas subversivos contra el orden constitucional en Cuba, supuestamente para asegurar su efectividad.
También derogó la Directiva presidencial emitida por Barack Obama en octubre de 2016 que, siendo profundamente injerencista, aclaró Rodríguez Parrilla, estaba destinada a alterar el orden en Cuba pero reconocía la independencia, soberanía y autodeterminación de nuestro país, y al Gobierno Revolucionario como un interlocutor válido, en medio de una relación civilizada, destinada a beneficiar a ambos pueblos. Asimismo, la Directiva de Obama declaraba al bloqueo como una política fracasada, que debía ser eliminada.
El Canciller cubano recordó que dichas declaraciones de Donald Trump se efectuaron en el teatro Manuel Artime, quien fue jefe de la parte civil de la brigada mercenaria que invadió Cuba por Playa Girón (Bahía de Cochinos), y calificó el acto como un grotesco espectáculo salido de la guerra fría, ante un pequeño auditorio compuesto por esbirros de la dictadura de Fulgencio Batista, mercenarios de Girón, terroristas, politiqueros y vividores. Trump, apuntó el Ministro, saludó por su nombre a algunos de ellos, a otros los tuvo a su lado, entre ellos, un terrorista detenido en 1995 en California con un arsenal de armas para efectuar atentados violentos, e implicado en el atentado contra Fidel en 1997.
Otro fue parte de una infiltración armada en Cuba en el año 1974, un tercero fue autor de acciones terroristas en alta mar contra pescadores cubanos entre 1972 y 1975.
También estaba la esposa de un sargento torturador de la dictadura batistiana, y alguien que según declaró Luis Posada Carriles —autor del atentado a una aeronave cubana en pleno vuelo, en 1976— al periódico The New York Times, fue uno delos que financió la cadena de bombas contra objetivos turísticos en Cuba que explotaron en 1997.
Protesto ante el Gobierno delos Estados Unidos por este escarnio y lo emplazo a confirmar o desmentir si esos terroristas estuvieron al lado o no del presidente Donald Trump. Eso es un escarnio a Cuba, al mundo ya las víctimas del terrorismo internacional en todas las latitudes, afirmó Parrilla.
Agregó que cuando el presidente de EE.UU, aludió en ese show al padre del desafinado violinista, omitió decir que el capitán Bonifacio Aza, mencionado reiteradamente por Trump, asesinó a Carlos Díaz y a Orlando Carvajal durante los finales de la dictadura batistiana y participó directamente en el asesinato de Frank País y Raúl Pujol, y en otro momento, en el crimen contra el hermano menor de Frank País, de solo de 19 años. Esa es una ofensa que no podrá olvidar nuestro pueblo, aseguró Parrilla.
También estuvieron en el acto agentes extranjeros dentro de Cuba pagados por el gobierno de EE.UU. y a quienes calificó como nuevos mercenarios.
Fue indignante ver a ese público mercenario y plattista, dice el Canciller.
Bruno Rodríguez Parrilla declaró que la política del presidente Trump marca un retroceso en las relaciones bilaterales, como reconocen innumerables voces dentro y fuera de EE.UU., que han expresado su rotundo rechazo, y anticipó que dichas medidas afectarán las relaciones de Estados Unidos con América Latina y el Caribe y dañarán gravemente la credibilidad de su política exterior.
Rodríguez Parrilla dijo que se trata de una política impopular que ignora a las voces que claman por el levantamiento del bloqueo en el Congreso de Estados Unidos, voces del sector empresarial, de organizaciones de la sociedad civil, de la emigración cubana, de la prensa, las redes sociales y en general, de la opinión pública.
Nuevamente Trump ha estado mal asesorado, dijo. Recordó que Trump había perdido el voto de los cubanos en los condados donde ellos tienen mayor presencia en la Florida, y ahora toma decisiones que solo favorecen los intereses mezquinos de envejecida minoría de cubanos residentes allí.
Como en el pasado, las medidas anunciadas no cumplirán los objetivos que se proclaman, sino lo contrario: restringirán las libertades de los estadounidenses, costarán más al contribuyente, reducirán las posibilidades de las compañías de EE.UU. frente a la competencia; provocará la pérdida de ingresos y empleos en EE.UU.
El Ministro cubano dijo que es necesario esperar a que el Gobierno de estados Unidos dé a conocer cómo se instrumentarán antes de opinar sobre su alcance y profundidad.
Dichas medidas, agregó, desconocen también la opinión mayoritaria de cubanos que desea una mejor relación con el pueblo de EE.UU.; provocan daños y privaciones, no solo a las empresas estatales en Cuba sino también a las cooperativas y, especialmente, a los trabajadores por cuenta propia o privados. Harán daño también y aumentarán la discriminación contra la emigración cubana asentada en EE.UU.
Parece infantil que con esta política pretendan separar al pueblo cubano del Gobierno o de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, que son el pueblo uniformado, dijo. Estas medidas refuerzan nuestro patriotismo, nuestra dignidad, la decisión de defender por todos los medios la independencia nacional en el espíritu de José Martí, Antonio Maceo y Fidel Castro Ruz.
Cuba rechaza enérgicamente las nuevas medidas que endurecen el bloqueo, lo que denunciaremos en la próxima Asamblea General de la ONU, el bloqueo es injusto, inhumano, extraterritorial y violatorio del Derecho Internacional, recalcó.
El titular cubano también rechazó rotundamente la manipulación política y el doble rasero de Trump en el tratamiento delos derechos humanos,
El Gobierno de los EE.UU. no tiene autoridad moral, no puede dar lecciones sobre derechos humanos ni sobre democracia; Cuba tiene mucho que mostrar y opinar al respecto.
También argumentó que las nuevas medidas no son democráticas, pues encuestas en EE.UU. dicen que el 75 por ciento de los ciudadanos apoya el levantamiento del bloqueo, actitud que asumen también el 69 por ciento de los cubanos residentes y el 62 por ciento de los republicanos.
Entre los cubanos, mientras más jóvenes mayor es el apoyo al levantamiento del bloqueo y la normalización de relaciones.
Las nuevas medidas refuerzan la prohibición de viajar a los estadounidenses y restringen sus libertades civiles, abundó.
En derechos humanos, dijo, en EE.UU. son numerosos los asesinatos, la brutalidad y abusos por policías, en particular, contra afrodescendientes, las restricciones al derecho ala salud, la desigualdad salarial contra las mujeres, la falta de cobertura de educación, la casi ausencia de sindicalización, la represión contra los inmigrantes y refugiados, la marginación de las minorías y la discriminación de la cultura y la religión islámicas.
También son frecuentes los crímenes de guerra y el asesinato de civiles en las intervenciones en que participa, así como masivos los hechos de tortura en la Base naval de Guantánamo.
Bruno Rodríguez reiteró la voluntad de Cuba de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo y negociar los asuntos pendientes, sobre la base de la igualdad y el absoluto respeto a nuestra independencia y soberanía, dijo.
Como se demostró con los avances de los dos últimos años, Cuba y EE.UU. pueden cooperar, respetando sus diferencias y promoviendo lo que beneficie a ambos países y pueblos.
Continuaremos nuestros esfuerzos junto a las personas de buena voluntad en Estados Unidos, que son amplia mayoría, pero Cuba no negociará principios ni aceptará condicionamientos, como no lo ha hecho nunca. Jamás negociaremos bajo presión o amenaza.
Actuaremos enarbolando la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz, que reconoce el derecho delos Estados a escoger su sistema, rechaza la intervención y la injerencia y se opone y condena la amenaza y el uso dela fuerza.
No será una directiva presidencial de EE.UU. la que pueda torcer el rumbo soberano de Cuba, como no pudieron más de 50 años de agresiones, terrorismo de Estado, bloqueo y subversión, aseguró el Canciller cubano.
Hemos pasado por todo. Nuestro pueblo ha pasado por todo y corrido todos los riesgos, ¿con qué podrían amenazarnos hoy que no hayan hecho antes y fracasado?
En Cuba nadie estaba en vilo esperando el anuncio imperial.
El pueblo cubano, estrechamente unido a su Partido Comunista debatía y enmendaba los proyectos de Conceptualización del modelo económico y social cubano socialista y el Plan de desarrollo hasta el 2030, y se convocaban las elecciones del Poder Popular.
Los cambios que sean necesarios en Cuba los decidirá únicamente el pueblo cubano, como siempre lo ha hecho; no pediremos a nadie opinión ni permiso, enfatizó Bruno Rodríguez Parrilla.