191 naciones de las 193 que conforman las Naciones Unidas (ONU) votaron a favor de una resolución presentada por el gobierno socialista de Cuba, en contra del embargo económico y comercial que Estados Unidos impuso a Cuba desde hace aproximadamente 50 años.
El mundo le dijo a Estados Unidos, por vigésima vez consecutiva, no al bloqueo. Solo el propio EEUU y su más férreo aliado en política internacional, Israel, votaron en contra. Hay que recordar que el año pasado, EEUU se abstuvo, mientras que Israel votó, como siempre, en contra.
El bloqueo contra Cuba ha afectado principalmente al pueblo cubano, y no a su clase dirigente, ni al Gobierno socialista, pues ha sabido soslayar los efectos del bloqueo y conseguido el apoyo del noble pueblo cubano.
El bloque ilegítimo de Estados Unidos ha afectado al pueblo cubano, que se ve en dificultades de gozar de medicamentos, pues el bloque impide que estas sean proveídas de laboratorios estadounidenses o desde terceros países que las produzcan, aunque lleven un tan solo ingrediente patentizado por Estados Unidos.
De igual forma, Cuba no puede obtener tecnologías para aplicarlas en sus avances científicos, incluso en la medicina, porque Estados Unidos lo impide.
Las importaciones de medicamentos están condicionadas desde 1992. Cuba debe dar cuenta sobre el destinatario final de las medicinas adquiridas y no puede hacer los pagos directamente, sino a través de terceros y en una moneda distinta al dólar, lo cual implica dificultades, demoras y costos adicionales.
Empresas como la norteamericana Columbiana Boiler Company impiden exportar cilindros necesarios para envasar el cloro destinado a la potabilización del agua en Cuba.
Compañías estadounidenses como SIGMA Aldrich y General Electric niegan el suministro de productos, servicios e información técnica indispensable para la industria química cubana.
Todo esto, entre otras restricciones, han provocado pérdidas económicas arriba de los 20 mil millones de dólares. Solo en un año -2016/2017- Cuba ha perdido $4,305 millones.
Es bochornoso que Estados Unidos hable de democracia, pero ignora el mandato de las naciones del mundo -menos dos- que han dicho no al bloqueo a Cuba.