Por Francisco Jara
La Habana/AFP
Estados Unidos y Cuba cerraron un ciclo de diálogo migratorio con el compromiso de seguir trabajando en varios asuntos de interés común, viagra pero dejaron claro este viernes que están lejos de superar sus viejas disputas de la Guerra Fría.
«La reunión se desarrolló en un ambiente respetuoso. Se analizó el estado de cumplimiento de los acuerdos migratorios vigentes entre los dos países, incluyendo las medidas emprendidas por ambas partes para enfrentar la emigración ilegal y el contrabando de emigrantes», dijo la cancillería cubana al término de la sesión.
Cuba insistió, sin embargo, que ambos fenómenos persistirán mientras Estados Unidos mantenga su política hacia la isla, que favorece a los inmigrantes cubanos.
«La delegación cubana insistió nuevamente en que estos fenómenos no podrán erradicarse (…), mientras no se deroguen la política de pies secos-pies mojados y la Ley de Ajuste Cubano, que constituyen el principal estímulo a las salidas ilegales y los arribos irregulares de ciudadanos cubanos al territorio norteamericano», dijo la cancillería cubana en un comunicado.
Política de pies secos/pies mojados
Bajo la política de pies secos/pies mojados, Estados Unidos acepta a los cubanos que pisan territorio estadounidense, pero devuelve a los capturados en el mar. La Ley de Ajuste de 1966 permite a los cubanos obtener residencia y les concede facilidades laborales.
Este fue el segundo ciclo de conversaciones después de que ambos países retomaran el diálogo migratorio en julio de 2013 en Washington, suspendido por Estados Unidos en 2011.
La delegación estadounidense, que llegó el martes a la isla, la encabezó el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental en funciones, Edward Alex Lee, mientras que la cubana la presidió la directora del departamento de Estados Unidos de la cancillería, Josefina Vidal.
En una rueda de prensa antes de regresar a Washington, Lee admitió que «hay algunos intercambios con el gobierno (cubano) en estas áreas que han sido muy fructíferos», pero también discrepancias «en temas muy importantes».
Lee calificó además como «un paso sumamente importante» la reforma migratoria en vigor desde hace un año en Cuba, y dijo que con ella se elevaron a más de 32.000 las visas de turismo y trabajo otorgadas por el consulado estadounidense en La Habana en 2013, el doble que el año anterior.
Las conversaciones se desarrollaron mientras se registra un considerable incremento de los viajes de cubanos al exterior, tras la reforma migratoria en la isla comunista, en vigor desde hace un año.
Los diálogos se dedicaron a discutir la implementación de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995, alcanzados tras la «crisis de los balseros», cuando miles de cubanos agobiados por las difíciles condiciones económicas se echaron al mar en precarias embarcaciones para llegar a Florida.
«Bajo esos acuerdos ambos gobiernos se comprometen a promocionar la migración segura, legal y ordenada entre Cuba y Estados Unidos», dijo un portavoz estadounidense a la AFP en Washington el martes.
Estados Unidos entrega desde hace décadas miles de visas a cubanos en La Habana, pero el procedimiento es lento y se ve sometido a la falta de personal consular en la isla, según fuentes oficiales.
Un récord de más de 250.000 viajes de cubanos al exterior se registraron en los primeros 10 meses de 2013, 35% más que en 2012, estimulados por la reforma migratoria de Raúl Castro, que acabó con medio siglo de restricciones para salir de la isla.
El 36% de los viajeros fue a Estados Unidos y de ellos el 40% regresó a la isla, según datos oficiales cubanos.
En Estados Unidos viven 1,5 millones de cubanos y sus descendientes, la mayoría en Florida (sureste).
Política de EE.UU. respecto a Cuba no variará
Vistas como una «prioridad de larga data» para Estados Unidos, las conversaciones migratorias no representan, sin embargo, un cambio en la política de Washington hacia la isla, aclaró el portavoz estadounidense.
Washington ha reiterado que mantendrá su política mientras no mejore la situación de derechos humanos en la isla, a pesar del histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro el 10 de diciembre en Sudáfrica, en los funerales de Nelson Mandela.
Estados Unidos, que mantiene desde 1962 un embargo económico contra La Habana, exige además que Raúl Castro libere al subcontratista estadounidense Alan Gross, arrestado en 2009 en Cuba y condenado a 15 años de cárcel por actividades contra el Estado cubano.
Este caso llevó a Estados Unidos a suspender los diálogos migratorios en 2011.
En otras conversaciones separadas que tuvieron lugar en junio y septiembre, funcionarios de ambos países hablaron sobre la posible reanudación del servicio postal directo, interrumpido hace cinco décadas.
Estados Unidos y Cuba no tienen relaciones diplomáticas desde 1961.
Al cierre del diálogo migratorio, las declaraciones de ambas partes reflejan que es improbable que termine la enemistad de medio siglo.