Por Waldo Mendiluza/Enviado Especial
Washington/PL
El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y la reapertura de embajadas en sus respectivas capitales marcaron el 20 de julio el comienzo de una etapa de diálogo dirigida a avanzar hacia la normalización de los vínculos.
Después de una jornada histórica, site que incluyó la primera reunión en Washington DC desde 1958 de los jefes de la diplomacia en los dos países, las expectativas se centran en cómo las partes emprenderán la siguiente fase, que permitiría superar más de medio siglo de desencuentros y de hostilidad norteamericana.
Aunque los dos gobiernos coinciden en que el camino será largo y complejo, la voluntad de identificar y respetar las diferencias y de lograr el objetivo de conseguir buenos lazos entre vecinos da margen al optimismo y la confianza en el éxito de un escenario que el mundo respalda.
«Estamos decididos a vivir como buenos vecinos, sobre la base del respeto mutuo, y queremos que todos nuestros ciudadanos en los Estados Unidos y en Cuba miren hacia el futuro con esperanza. Por ello, celebramos este día, el 20 de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que se ha dañado (…)», afirmó el secretario de Estado, John Kerry.
Durante una rueda de prensa conjunta con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, para resumir los históricos acontecimientos, Kerry aseguró en el salón Benjamin Franklin del Departamento de Estado que la Casa Blanca está dispuesta a cumplir su parte.
En ese sentido, Rodríguez manifestó la voluntad del gobierno de la isla de avanzar en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, «sobre bases de respeto e igualdad soberana, sin menoscabo a la independencia y soberanía de Cuba y sin injerencias en nuestros asuntos internos»
De acuerdo con el alto funcionario, la mayor de las Antillas está consciente de las profundas diferencias existentes, pero tiene el convencimiento de que ambos países pueden cooperar y coexistir de manera civilizada.
La nueva etapa, postura cubana
Aún no se han ofrecido detalles en cuanto a las características de la nueva etapa, que seguirá a los seis meses de conversaciones encabezadas por la directora general para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, y la secretaria asistente para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson.
Después del anuncio realizado el 17 de diciembre por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, de la decisión de iniciar el acercamiento, Vidal y Jacobson lideraron las delegaciones encargadas de reanudar los nexos diplomáticos -rotos por Washington en 1961- y reabrir las embajadas.
Sistemáticos contactos, cuatro de ellos públicos, permitieron alcanzar resultados hasta hace poco impensados, los cuales generaron reconocimiento y celebración en los cinco continentes.
La isla ya adelantó su postura y expectativas de cara a la siguiente fase, traducidas en que no podrá haber vínculos normales entre dos países si uno de ellos mantiene acciones hostiles contra el otro.
El fin del bloqueo económico, comercial y financiero, la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo, el cese de las transmisiones ilegales de radio y televisión y de los planes dirigidos al cambio de régimen, y la compensación por los daños de tales políticas destacan entre las demandas de La Habana.
«No se trata de condiciones para conversar, sino de hacerlo con respeto sobre los asuntos de interés», precisó el canciller Rodríguez.
Washington no ha dejado con tanta claridad sus prioridades para el diálogo que parece avecinarse, y muchos de los temas colocados en la palestra en esa dirección responden más bien a objetivos oscuros de sectores empeñados en obstaculizar el acercamiento.
Una señal de lo que pudiera tratarse en la mesa por los dos gobiernos la dieron Kerry y Rodríguez en su encuentro en el Departamento de Estado, donde intercambiaron criterios sobre seguridad, lucha antidrogas, comunicaciones, nuevas tecnologías de la información, medio ambiente y derechos humanos.
Respaldo en los dos países
En conversación con representantes de la sociedad cubana y la estadounidense que participaron en las actividades de oficialización de los vínculos diplomáticos, Prensa Latina constató el respaldo al proceso que tiene como fin la normalización de relaciones.
Políticos, expertos, empresarios y activistas norteamericanos llamaron a no desaprovechar el favorable momento generado, en aras de estimular los avances hacia mejores nexos e impedir retrocesos al pasado.
Hay muchas cosas de qué hablar ahora entre ambos pueblos para avanzar juntos hacia tiempos mejores, esperar 54 años fue demasiado, advirtió el actor de Hollywood y activista Danny Glover.
También para el excongresista demócrata por Massachusetts William Delahunt (1997-2011), los dos países no tienen por delante otro camino «que llegar hasta el final», las buenas relaciones.
Por su parte, el analista e investigador Philip Peters abogó por el impulso de lazos integrales entre las dos naciones, «una manera efectiva de evitar que regresemos al pasado».
Del lado cubano, personalidades como el historiador de La Habana, Eusebio Leal, el cantautor Silvio Rodríguez, el artista de la plástica Alexis Leiva Machado (Kcho), el exdiplomático Ricardo Alarcón, la líder parlamentaria Ana María Mari Machado y el asaltante al Cuartel Moncada y otrora diputado Ramón Pez Ferro celebraron los pasos dados.
Para Leal, existe a nivel de los dos gobiernos voluntad de tratar cuestiones más complejas y profundas en el escenario bilateral, de cara a su normalización.
En ese sentido, Alarcón defendió la importancia de tratar los temas en igualdad de condiciones, postura necesaria para lidiar con el largo expediente que resta por resolver. Si bien hemos sido testigos de un primer paso, desde ya se abren perspectivas de un escenario bilateral diferente, favorable para ambos pueblos, opinó Pez Ferro, quien pidió no olvidar que aún faltan cuestiones importantes por superar, entre ellas el injusto y criminal bloqueo.
Un ejemplo de resistencia
Leal, Alarcón y Kcho aseguraron que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas cubano-estadounidenses constituye una victoria del pueblo digno de la isla sobre las políticas de hostilidad.
Se trata de un reconocimiento de la legitimidad del pueblo cubano y su Revolución, la cual fue negada martilladamente durante muchos años, y al final, la resistencia heroica y la conducción de Fidel Castro y Raúl Castro logran vencer, precisó Leal.
Asimismo, Alarcón recordó que hace 54 años el gobierno estadounidense rompió los vínculos «porque pensaba que nos liquidarían de inmediato».
De acuerdo con el expresidente del Parlamento de la mayor de las Antillas, la reanudación de nexos solo puede explicarse sobre la base del «reconocimiento al otro y sus derechos».
Kcho insistió en sus declaraciones a Prensa Latina en que el nuevo escenario responde a la resistencia de un pueblo que nunca se doblegó y a la guía de sus líderes Fidel Castro y Raúl Castro.