Iván Escobar
Colaborador
Este jueves 10 de octubre de 2024, representantes de la Asociación de Voluntarios Veteranos Salvadoreños y miembros de Comandos de Salvamento acudieron a donde un día estuvo ubicado el Edificio Rubén Darío, en el centro de la capital, para rendir tributo a las víctimas del terremoto de octubre de 1986.
La delegación de la Asociación de Voluntarios Veteranos como cada año caminaron desde la plaza centro hasta el centro comercial Rubén Darío, para ubicar una ofrenda floral por las víctimas en este 38 aniversario de la tragedia, así como agradecer la solidaridad de los cuerpos de socorro como “Los Topos” que llegaron al país a reforzar las labores de rescate, y de otras naciones hermanas.
Elliot Gómez, José Luis Rosales y Mauricio Chinchilla Alfaro, así como Guadalupe Solano, Omar Estrada, y otros representantes de la delegación de voluntarios veteranos, siguen activos apoyando a los más necesitados, pero también gozan de experiencias innumerables, sobre todo de aquellos días del mes de octubre de 1986, hoy volvieron a recordar a las víctimas, a sus amigos y ex compañeros que han fallecido sirviendo a los demás.
El edificio Rubén Darío se desplomó por el fuerte sismo de intensidad 7.5 grados en la escala de Richter y una intensidad de IX en la escala de Mercalli, dejando cientos de soterrados bajo los escombros, muchos de ellos fueron rescatados en titánicas labores de rescate, con apoyo de socorristas extranjeros y otros locales utilizando todo tipo de herramienta y creatividad, compartió Chinchilla, de la Cruz Verde Salvadoreña. “…Lo mejor era ayudar, lo duro era ver morir en nuestros brazos a muchas personas”, añadió.
Mientras que José Luis Rosales, recordó que 20 minutos antes del terremoto, él junto a otros socorristas estaban en la base de la Cruz Verde de Santa Anita, al sur de la capital, recibieron una emergencia de un niño atropellado, con traumatismo craneal producto, cuando lo atendía en la clínica el menor les dijo que iba a temblar pronto, ellos continuaron su labor “y no le creímos, a los 10 minutos fue el terremoto”, recordó y no duda hoy que fue un mensaje que recibieron, luego de ello, salieron a cubrir las emergencias.
Incluso, señaló que el pequeño lo perdieron de vista, ante la llegada de muchas personas pidiendo auxilio y atención provenientes de lugares cercanos afectados por el temblor, y hasta lograron encender una ambulancia que estaba arruinada, sin que hasta hoy sepan cómo fue, aseveró.
Guadalupe Solano, hija del socorrista y veterano fotógrafo de la Cruz Verde Salvadoreña, Luis Guillermo Solano “Piocha”, acompañó una vez más a sus colegas, para rendir tributo a aquellas personas que fallecieron a causa de la tragedia, y como parte de un compromiso de continuar “el legado de mi papá que cada año venía, aún los últimos años con mucho sacrificio estaba aquí, hoy seguimos acompañando”, precisó.
Luego de la colocación de las ofrendas, se acercó Israel Monterrosa, un sobreviviente del Darío, y quien dio gracias a los socorristas y veteranos presentes, pues recordó cómo perdió a sus cuatro hermanos que quedaron soterrados, y a muchos conocidos. “Les doy las gracias, el país necesita personas como ustedes” dijo entre voz cortada el hombre, quien pidió la palabra y agradeció en nombre de los sobrevivientes de aquel terremoto “donde intentábamos sacar a la gente, pero teníamos miedo también de quedar ahí”, rememoró.