César Ramírez Caralvá
Escritor y Fundador Suplemento Tres mil
27 años después del Acuerdo de Paz, la cultura debe incluir en su política oficial a los pueblos originarios, sus derechos, lengua, además rescatar sus mitos y leyendas.
La Constitución de la República debe reconocer los derechos étnicos, su aporte en la creación de pueblos en la nación, de no hacerlo es una omisión dolorosa; los anteriores elementos deben acompañarse de una lectura histórica genuina que elimine el mote de comunistas a la etnia que participó en los motines de 1932, puesto que fue un invento para justificar la matanza, los verdaderos motivos fueron: fraude electoral, despojo de tierras ejidales, expulsión forzada de sus tierras ancestrales, etc. la manipulación de estos conceptos es repetida hasta la saciedad.
Se debe incorporar la historia náhuat-pipil puesto que es nuestra identidad nacional, debemos reconocer nuestro origen: pluriétnico, pluricultural, plurilingüístico, reconocido por los españoles durante siglos; el acervo de datos históricos de cinco siglos prácticamente está inédito, la dificultad radica en el material disperso en Guatemala y nuestra nación, lo mismo que el deterioro comprensible de las fuentes primarias. Nuestros problemas de identidad surgen de la negación de la historia, puesto que las instituciones fueron consideras más cultas cuanto más imitaran a entidades europeas o norteamericanas, el producto de ello es una sociedad que desprecia su origen étnico, generándose así un trastorno conductual o personalidad puesto que un ciudadano al emigrar a otra sociedad de primer mundo, en poco tiempo se avergüenzan de sus orígenes… mientras otros pueblos como los mexicanos, africanos, irlandeses, italianos, polacos etc. nunca olvidan a sus orígenes.
El futuro ministerio de cultura de la nueva administración, debe crear una institución de investigación y promoción permanente en áreas arqueológicas, étnicas, lingüística, física, etc., con el objetivo de preservar nuestro patrimonio cultural; documentar toda investigación internacional en nuestro territorio, en otras palabras “nacionalizar el subsuelo arqueológico” así como lo bienes precolombinos y coloniales.
No será suficiente un quinquenio para esta empresa, recordemos instituciones como la Escuela de Antropología e Historia de México fundada hace 81 años, el Museo de Perú (197 años); Estados Unidos con L. Morgan, H. Spencer, F. Boas, B. Malinowsky, Claude Lévi-Strauss, antropólogos investigadores fundadores de una tradición centenaria.
Los estudios históricos deben unir rubros como: turismo, comercio, artesanías etc. con resultados sostenibles a corto plazo.
Rescatar la identidad histórica, debe ser el centro de gravedad cultural, de no hacerlo será más de lo mismo.