Ramón D. Rivas*
Lo que en esta entrega presento a los lectores es mi intervención el martes 4 de marzo en el Teatro Presidente en ocasión del reconocimiento de artistas, sovaldi intelectuales, rx personalidades dedicadas a la academia y a la ciencia para dar una vez más esa muestra de reconocimiento al programa de gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. La actividad fue realizada por la Secretaría Nacional de Cultura del FMLN.
Esta tarde estamos ante a un sector muy determinante, tadalafil desde el punto de vista de la cultura: Me refiero a los artistas de El Salvador que representan las diferentes ramas del arte, entre ellas: escénicas, plásticos, literatura, música, teatro y danza, así como las ciencias sociales, que unidos en un mismo sentir expresan su apoyo a los cambios democráticos tan necesarios en nuestro país. Cuando hablo de que el sector artístico de nuestro país es determinante para impulsar los cambios que se necesitan, lo afirmó con mucha propiedad y conocimiento, dado que he aprendido que la ciencia y la cultura son una parte importante para la formación o transformación integral del individuo y de la sociedad. Como antropólogo que soy, he aprendido que la ciencia y la cultura están en el pueblo: y lo hace la misma gente de una forma ordenada y coordinada; y apoyada y estimulada. Se ve, en el programa de gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, ese apoyo, ese estímulo; y así debe ser. Pero también he podido constatar y ser partícipe del arduo trabajo en pro de la cultura de nuestro país por parte de la Secretaría de Cultura del Frente. Los gobiernos se eligen para servir al pueblo; y el FMLN está cumpliendo para la cultura. Y es que he aprendido, también, que cuando conocemos nuestra cultura, sus raíces y a sus protagonistas, podemos interpretar los grandes problemas sociales que viven nuestras generaciones. Ya lo decía Corinne Johnson en la declaración de México en la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales: “La cultura es el fundamento necesario para un desarrollo auténtico de nuestras sociedades”. Por su parte, la Organización de los Estados Americanos (OEA) afirma que, “en los últimos cuarenta años… los Estados miembros han reafirmado a la cultura como componente integral de los procesos de desarrollo y democratización de la región. Hoy el tema de la cultura comparte su lugar con otros de igual relevancia, armonizando el progreso cultural con las transformaciones económicas y sociales de los pueblos del Hemisferio”. Por eso considero importante este gran evento, que de seguro ratificara el compromiso que Salvador y Oscar hacen con el sector cultural de El Salvador para impulsar, según el eje 9 del Plan de Gobierno El Salvador Adelante, la promoción de la Cultura como una fuerza para transformar a la sociedad y llevarla a un buen vivir. Es importante señalar que para echar a andar este proyecto es necesaria la participación permanente de la ciudadanía organizada en cada uno de los sectores vivos de la sociedad; y se necesita, además, de un ente rector comprometido que pueda impulsar armoniosamente cada una de las políticas que se requieren para lograr el objetivo. No me cabe duda de que el FMLN ha asumido desde ya este compromiso con el sector artístico y cultural del país; y serán Salvador y Oscar, quienes desde el Ejecutivo, hagan que cada una de las iniciativas plasmadas en su plataforma de gobierno se vuelva una realidad. Muchos saben que soy un amante y fiel creyente del arte y de los procesos culturales, lo cual escudriño desde las investigaciones científicas, con las herramientas que me da la antropología. Para mí, cada momento, cada pieza de la historia, las diferentes formas de expresión artística y cada hecho histórico impactan y forman a cada salvadoreño que nace en estas tierras. La cultura, conteniendo todas las formas de arte, está conectada al desarrollo humano, económico, social y democrático de una sociedad. Creo, al igual que muchos investigadores, que el desarrollo no es solamente un componente. No se trata solo de desarrollo económico para mejorar la situación de un país, sino que es necesaria una mezcla de cultura para que este proceso pueda funcionar. La cultura, conectada a todo el engranaje social, se convierte en un proceso integral donde los diferentes campos se complementan el uno con el otro. En otras palabras: podemos asegurar que la cultura es el alma del desarrollo humano en todas sus dimensiones; pero especialmente en lo espiritual y lo moral; pero también en lo económico y social de un país. La cultura debe de ser vista y considerada como un eje transversal que atraviesa todas las instituciones que le dan vida a nuestra sociedad, un eje que trastoca todo el engranaje que conforman las instituciones que le dan cuerpo y sostienen a la sociedad. Por ello, considero importante que la unificación de los sectores privado, científico, ciudadanía, gobierno y cultural del país, trabajen juntos para crear nuevas formas de convivencias socioculturales basadas en las normas del respeto, solidaridad, inclusión y unidad, que, sin lugar a dudas, nos llevarán a la búsqueda, al encuentro y reforzamiento de la identidad como salvadoreños, que hoy por hoy no conocemos, y que, es más, muchas veces negamos para aceptar otros patrones foráneos y antivalores contraproducentes. Estela Paredes, fundadora de La Tarumba (una fundación que trabaja con los niños y jóvenes a través de las artes en Perú), conceptualizó de mejor forma lo que acabo de decir. Ella afirma que “el arte propone naturalmente una estructura democrática e inclusiva, donde se borran las diferencias de género, cultura y nivel socioeconómico, y se rescatan valores como el trabajo en equipo, la solidaridad y la reciprocidad”. Desde esta perspectiva es que se debe iniciar la labor como sectores científico y artístico nacionales, teniendo como meta, la reconciliación de la sociedad salvadoreña. Los próximos años serán decisorios para la cultura de nuestro país; y aún más, para el sector artístico de El Salvador, el cual ha estado excluido del proceso transformador que experimenta el país. Ahora ha llegado el momento de iniciar el camino; y muchos estamos decididos a caminar juntos en la búsqueda de un mejor futuro para nuestro país. En una sociedad donde prima el individualismo y el aislamiento, el arte trabajado desde lo colectivo puede constituirse en un elemento fundamental de transformación de los lazos sociales. Para terminar, expreso públicamente no estar de acuerdo con los aspectos violatorios de los derechos a los cuales se han visto sometidos muchos funcionarios de gobierno, y hasta académicos de las instancias de educación superior estatal, con la sentencia emitida por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia respecto a la expresión política ciudadana.
Muchos intelectuales y trabajadores culturales podrían haber estado en este lugar; hoy tienen que ver este proceso desde lejos. Un fraternal saludo a cada uno de ellos. Pero ese hecho no les impide sentirse comprometidos con este proceso democrático. Un fraternal saludo a cada uno de ellos. Todos nos sentimos parte de nuestra cultura o nacionalidad; eso es algo que nos hace sentir unidos con otros; y que también lo identificamos como parte de nuestro ser, esa sensación nos hace querer ser parte de la sociedad y aportar para su bienestar. En este momento y en este lugar yo le pido a todos los salvadoreños, sin distinción de ninguna clase, comprometámonos con la cultura.
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