Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
El anuncio del regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París, y a los espacios multilaterales de negociación por el presidente Joe Biden, no generó mayor reacción en las organizaciones ambientales del país. No obstante, coincidieron en que el plan presentado por el presidente Biden, no variaba el contexto de vulnerabilidad de la región centroamericana y especialmente la crisis climática de El Salvador por el impacto del Cambio Climático.
Ricardo Navarro, presidente del CESTA, reseñó que el Acuerdo de París se alcanzó en el año 2015, el cual fue firmado por los Jefes de Estado que llegaron a la Conferencia de las Partes (COP) con el compromiso que los gobiernos firmantes iban a evitar que la temperatura del planeta se elevara más de 2o centígrados en temperatura promedio. Y un éxito si lograban que no subiera en 1.5 grados.
“Estamos hablando de gobiernos con las economías más fuertes que existen, como Estados Unidos, China, Japón y Europa, quienes se comprometieron a establecer algunos límites en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y resulta que si tomamos todas las promesas de los diferentes países, sabemos ahora que la temperatura del planeta va a subir por lo menos 3.5 grados -quiero decir- el Acuerdo de París, ciertamente no es suficiente, necesitábamos más que eso, aunque a eso se llegó”, afirmó Navarro.
Sobre el reingreso de Estados Unidos, en este espacio multilateral del clima, el ambientalista recordó la actitud del expresidente Donald Trump, quien rechazó de lleno el Acuerdo de París, además, afirmar que el “cambio climático era invento de los chinos, eso fue terrible”, porque iba contra todo razonamiento científico.
“Ahora que el presidente Joe Biden haya vuelto aceptar el Acuerdo de París, es una noticia buena porque está dispuesto a reunirse con las diferentes naciones, y ver que se hace con la problemática del Cambio Climático. Invitó a 40 presidentes para hablar de reducir las emisiones, eso creo que va en la dirección correcta. Aunque, debe quedar claro que se necesita mucho más que el Acuerdo de París, porque si continuamos con un modelo político económico en donde lo más importante es la emisión de riqueza y los aspectos ambientales pasan a un segundo o tercer plano, ciertamente no son buenas nuevas”, aclaró.
Mientras, Carlos Flores, representante de ECOS El Salvador, consideró que en la agenda de Joe Biden tenía como decisión regresar a los espacios como la COP o OMS, para terminar con la política unilateralista que impulsó Donald Trump, en sus cuatros años de administración.
“Sobre el Acuerdo de París, regresa y anuncia su Plan Climático, que tiene objetivos sumamente ambiciosos como reducir las emisiones de Gases Efecto Invernadero, al 50% para el año 2030. ¿Cuál es el sentido de esta decisión? Son dos objetivos, el primero es que sus socios le crean ante los duros cuestionamientos que recibió su país por la política de Donald Trump. Al presidente Biden lo ven llegar no solo conciliador, sino objetivo y con acciones ambiciosas, para recuperar y tranquilizar a un mundo escéptico”.
“Y el otro objetivo tiene a la base poner a Estados Unidos en el centro de la economía global que también estaba deteriorada y esa estrategia no tiene objetivos ambientales o climáticos para salvar el planeta. Lo que intenta es recuperar la economía estadounidense y meterlas al negocio de las energías limpias y eficiencia energética, con el uso de la tecnología eólica, solar, ahorro de energía y poner a su país en la competencia contra China, que por ahora es el mayor constructor de paneles solares y tecnología de ahorro, nada para los países pobres”, argumentó.
“Cuando se habla de acuerdos internacionales y Estados Unidos, sin duda es un tema complicado”, aseguró Luis González, director de Incidencia de la UNES, quien instó poner atención al tema de cambio climático y los compromisos de la administración Biden, ya que consideró que en el historial de esta nación ha estado en “permanente boicot” en especial en las cumbres del clima.
“Recordemos que aunque Estados Unidos es parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático, jamás formaron parte del Protocolo de Kyoto, nunca suscribieron el acuerdo vinculante para enfrentar el Cambio Climático, y después, previo a la firma del Acuerdo de París (2015), hubo una oportunidad muy fuerte de ir a acuerdos vinculantes en Copenhague, si bien firmó -se debe mencionar- que hizo mucho lobby por boicotear el acuerdo y reducir los elementos vinculantes y bajarle nivel a los contenidos, al desarrollo de elementos en el Acuerdo de París”, manifestó.
Con el anuncio del presidente Joe Biden de volver a estos escenarios de debate del clima y su agenda propia, no se debe “abrigar esperanzas”, de cambios importantes, aunque reconoció como un buen paso volver al Acuerdo de París.
“Sin duda se debe dar seguimiento y monitorear efectivamente las promesas del presidente Joe Biden y analizar si corresponden a sus acciones, debemos enfocarnos en la coherencia de las promesas y el accionar. Si regresa al Acuerdo de París, esperemos ¿cuáles serán sus acciones en mitigación?, ¿cuáles serán las contribuciones nacionalmente determinadas?, ¿cuál será su ambición en reducción de Gases Efecto Invernadero? Y como un país desarrollado y rico en recursos va a designar financiamiento, transferir tecnología y asumir las pérdidas y daños que las acciones de su país, generan en los países pobres o subdesarrollados”, consideró González.