Por Paula Ramon
Sao Paulo/AFP
La segunda Cumbre Mundial de la Hepatitis se inauguró este miércoles en Sao Paulo con la expectativa de que nueve países erradiquen el tipo C de esa enfermedad para 2030, gracias a la generalización del diagnóstico y el acceso a medicamentos más baratos.
Brasil, país sede, es uno de los nueve que avanza en las metas del compromiso adquirido por 194 naciones en 2016, junto a Egipto, Georgia, Alemania, Islandia, Japón, Holanda, Australia y Catar, según datos divulgados en el evento.
«Para la mayoría de los demás países será prácticamente imposible alcanzar los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sin una enorme ampliación de la voluntad política y de acceso al diagnóstico y tratamiento», valoró en un comunicado Home Razavi, del Centro de Análisis para las Enfermedades, con sede en Estados Unidos.
Más de 200 especialistas y académicos participan en la Cumbre de tres días, centrada en la elaboración de una estrategia global contra esta enfermedad que causa 1,3 millones de muertes anuales.
Convocada por la OMS y la Alianza Mundial para la Hepatitis, la cumbre busca trazar una agenda internacional para luchar contra esta enfermedad que afecta a más de 325 millones de personas. La primera cumbre se realizó en 2015 en Escocia.
El ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barroso, aseguró en la inauguración que su país atenderá a todos los pacientes de hepatitis C en lista de espera en un año.
En el marco del diagnóstico, uno de los grandes desafíos, Barroso anunció la distribución de 12 millones de tests en 2018 y un total de 200 millones hasta 2030, una cantidad equivalente a casi la totalidad de la población actual de Brasil.
La hepatitis es una inflamación del hígado causada por un virus. Hay cinco tipos, aunque las B y C son responsables de más de la mitad de todos los nuevos casos de cáncer de hígado, según datos de la OMS.
Pero la tasa de diagnóstico mundial de la hepatitis B es de apenas 10% -y del 20% para el tipo C-, lo que sumado a la falta de inversión pública en varios países aumenta los desafíos para su erradicación.
«Como resultado, la amplia mayoría de los pacientes permanecen no diagnosticados y sólo 1% consigue tener acceso al tratamiento», debido a sus altos precios, escribió Charles Gore, presidente de la Alianza Mundial de Hepatitis.
Abaratar los tratamientos
El evento se celebra en pleno debate sobre el acceso popular a los tratamientos.
La OMS precisó el martes que en los dos últimos años un número récord de tres millones personas tuvieron acceso al tratamiento para la hepatitis C, transmitida principalmente por la sangre contaminada, y que 2,8 millones recibieron medicinas en 2016 para la del tipo B, que se contagia además por contacto con los fluidos.
«Estos resultados nos dejan esperanzados en que la eliminación de la hepatitis puede ser y será una realidad», dijo Gottfried Hirnschall, director de la OMS para el Departamento de HIV (el virus del sida) y del programa global de hepatitis (ambos virus se transmiten por vías similares).
Sin embargo, millones de personas, en su mayoría en países de renta media o baja, siguen sin poder adquirir las nuevas alternativas médicas, debido a sus altos costos.
«¿Qué tan bueno es un medicamento de punta que las personas no pueden comprar? Los precios de los medicamentos para la hepatitis C estipulados por las empresas farmacéuticas están fuera del alcance de las personas que los pagan, y también de muchos gobiernos que sufren para ofrecer ese tratamiento en el sistema público de salud», lamentó Jessica Burry, de la Campaña de acceso a medicamentos de Médicos Sin Fronteras (MSF).
El tema motivó una pequeña protesta el martes frente a la sede en Sao Paulo del fabricante del medicamento más potente y con menos efectos colaterales contra la hepatitis C, que en Brasil alcanza un precio de 6.213 dólares de media para un tratamiento de tres meses, según Coalition Plus, una organización especializada en la lucha contra estas enfermedades.
«Sabemos que actualmente hay un tratamiento efectivo contra la hepatitis C, la podemos curar, y por eso estamos aquí hoy. (Pero) el tratamiento se vende a un precio que nadie puede costear», afirmó Aurelien Beaucamp, presidente del grupo Aides, que combate sida y hepatitis.
Entre los últimos avances, la combinación de sofosbuvir, del laboratorio Gilead, y daclatasvir, de Bristol-Myers Squibb, aumenta las posibilidades de cura hasta 95%, en apenas 12 semanas, superando tratamientos previos que demoraban mucho más.
Para MSF, la clave está en la distribución de alternativas genéricas.
«Los países que están obteniendo buenos resultados en la cobertura del tratamiento son aquellos donde hay genéricos disponibles», aseguró la organización en un comunicado, mencionando los casos de Egipto y Brasil.