Luis Armando González
Hasta antes de la actual campaña electoral –que culminará con la elección presidencial de 2019— lo propio de las campañas de ARENA (y la derecha mediática y empresarial) era infundir miedo en el electorado, razón por la cual se las calificó como “campañas de miedo”.
En la actual coyuntura, esa caracterización ya no resulta tan atinada, pues lo que parece estar predominando son los mensajes de burla o que invitan a tomarse con sorna las ocurrencias de los voceros publicitarios de ARENA, e incluso de figuras prominentes del partido, como Mauricio Interiano.
Este cambio en el estilo arenero de hacer campaña –pasando del miedo a la burla— tiene que ver con el perfil del rival a vencer que los areneros han identificado para la contienda presidencial de 2019: Nayib Bukele, contra quien está dirigida, precisamente, la “campaña de burla” que los publicistas del partido llevan adelante en estos días.
Un ejemplo evidente de este tipo de campaña está al alcance de cualquiera que escuche la Radio Láser, que hace pagar a su audiencia un alto precio –como plataforma de una publicidad francamente reaccionaria— a cambio de una envidiable programación musical que incluye, entre otras delicias, a grupos y figuras legendarias como los Beatles, Pink Floyd, The Eagles, Fleetwood Mac, Queen, Elton John, Joe Cocker y Bob Marley.
Para el caso, en estos días, la radio está transmitiendo mensajes que tienen como blanco de ataque a Bukele, pero que no solo tienen un fuerte contenido de burla, sino que invitan a la risa.
En algunos de esos mensajes, Mauricio Interiano dice que sus palabras van dirigidas a Bukele, a quien vosea de manera ciertamente chistosa. En otros mensajes se escucha “bla, bla, bla, bla, sí yo soy una víctima” (o algo parecido) o a alguien que afirma tener nuevas ideas, pero que tartamudea cuando se le pide que diga cuáles son, todo ello en clara referencia al candidato de GANA. Y así por el estilo, lo cual provoca, inevitablemente, una risa burlona.
Más allá de la risa que causa una publicidad política tan pobre de contenidos, es preciso meditar un poco a cerca de porqué ARENA y la derecha están apostando por una campaña de burla, y no de miedo como en otras ocasiones. Una respuesta altamente plausible es que, para ARENA y la derecha, el FMLN es motivo de campañas de miedo, mientras que el candidato de GANA es motivo de una campaña de burla. Y ello porque el partido de izquierda sí constituye un real desafío a los intereses representados por ARENA, en tanto que Bukele no se ve cómo, realmente (a partir de un proyecto ideológico, una trayectoria de lucha y un respaldo electoral confirmado), pueda constituir un desafío para los grupos de poder que sostienen a ARENA.
Sobran los que creen que la focalización de la campaña de ARENA en Bukele pone de manifiesto el temor que siente la derecha ante su fuerza política, y es posible que esa lectura sea correcta. Pero también es posible que esa focalización sea parte de la maniobra de la derecha por invisibilizar a su principal oponente político (al FMLN, partido que realmente despierta sus temores más profundos), poniendo en su lugar (con una hábil estrategia publicitaria) a un rival al que sus cálculos y sus números le indican que es fácil de derrotar.
La campaña de burla podría estar reflejando, por un lado, el afán de ARENA por posicionar a Bukele como su principal oponente (invisibilizando al FMLN), pero también, por otro lado, la poca importancia que le dan como rival político.
O sea, es posible que en ARENA y la derecha se crea que ante el candidato de GANA tendrán una victoria fácil. Y si esto fuera así, Bukele no solo no generaría ningún temor en la derecha salvadoreña (como el que sí genera el FMLN), sino que en su encumbramiento habría jugado un papel clave la derecha, en sus afanes de sepultar, en el imaginario social, al FMLN.
La hipótesis que aquí se plantea –discutible como todas las hipótesis— es que la derecha ha convertido (mediáticamente) al candidato de GANA en su principal oponente con el propósito de anular la presencia del FMLN en la dinámica política nacional. ¿Y por qué anular al FMLN? Porque es una fuerza política real, con un proyecto distinto al abanderado por ARENA y el resto de partidos de derecha. Y es por ello que ante el FMLN valen las campañas de miedo: es un rival que desafía realmente a ARENA y a la derecha.
Ahora bien, los estrategas de la derecha, empresarial, mediática y política seguramente creen que han logrado anular al FMLN como contendiente político de ARENA y que el candidato de GANA ha ocupado ese lugar. Por tanto, de lo que se trata es de enfilar las baterías en contra de este, pero no las de una campaña dura, de contenidos anticomunistas o equivalentes, sino ligera, burlona, ridícula, “bayunca”, pues no lo consideran un competidor (ni por su trayectoria ni por su partido ni por fuerza electoral) que los desafíe. Es decir, creen que tienen en 2019, con Bukele como rival, una victoria fácil.
La derecha, sin embargo, puede estarse equivocando en su visión de la realidad política. Se podría estar equivocando con el candidato de GANA, pues al crearlo como “enemigo” (e insistir en ello) es posible que lo estén convirtiendo en un rival que no sea fácil de vencer. Es posible que, como suele decir en estos casos, la derecha (sus medios y sus casas encuestadoras) hayan “creado un monstruo”, y que este se convierta en un desafío electoral real ante el cual la campaña de burla sea algo ineficaz.
También la derecha puede estarse equivocando respecto del FMLN: una cosa es la invisibilización mediática de su fórmula política y otra bien distinta es su anulación real, que solo sería posible si se anula la base social y electoral del FMLN.
En este sentido, quizás la derecha esté haciendo cálculos apresurados y equivocados a cerca de la capacidad del FMLN para seguir presente en la vida nacional como su principal contendiente social y político. Quizás no sea correcta la presunción de que Bukele y GANA han pasado a ocupar el lugar del FMLN, y que, por consiguiente, este último ha dejado de ser el referente de oposición ante los grupos de poder de la derecha.
Sin duda alguna, las elecciones de 2019 se van perfilando como unas elecciones en las que se confirmarán (o rebatirán) valoraciones que, hoy por hoy, son solo presunciones.
Entre estas, hay varias construidas por la derecha (mediática, empresarial y política) que, de resultar falsas, se traducirán en un duro revés en 2019.