Los Ángeles, Estados Unidos | AFP
Javier TOVAR
“Devuélveme a mi chica”, “Venezia”, “El ataque de las chicas cocodrilo” son algunos de esos clásicos de Hombres G que su vocalista David Summers considera que “no envejecen nunca”.
Aunque lejos del rostro adolescente de los años 80, cuando surgió la banda madrileña, estos cincuentones mantienen su “misma esencia”. Algunos dirían que siguen siendo “los guapos del barrio”.
Y en junio arrancan en una gira con sus colegas argentinos de Los Enanitos Verdes por Estados Unidos, con presentaciones en escenarios míticos como el Hollywood Bowl de Los Ángeles y el Radio City de Nueva York. “Habíamos tocado muchas veces juntos, pero no revueltos”, dice Summers a la AFP desde España.
El tour se llama precisamente “Huevos Revueltos” y tiene a ambas bandas en la tarima, cantando temas de unos y otros en una fiesta que ya se llevó a varios países de América Latina, incluido México, donde llenaron el Arena CDMX, con capacidad para 24.000 personas.
Summers se sorprende al ver cómo su público no para de crecer: calcula que tienen entre 20 y 50 años, desde los fanáticos de aquel furor ochentoso a los muy jóvenes.
“Es muy bonito el poder darse cuenta de que las canciones no envejecen nunca y que siguen llegando al corazón de la gente joven que no había ni nacido cuando las hicimos”.
“Y seguimos siendo igual, los mismos cuatro que éramos y seguimos pasándola igual de bien que siempre, o mejor porque estamos más agradecidos”, añade.
¿Y los sujetadores siguen volando a la tarima?
“Sí”, responde con una carcajada. “Que no paren nunca”.
“El Hollywood Bowl y el Radio City son dos recintos en los que jamás hubiera soñado actuar y en esta gira vamos a tener la oportunidad de tocar en esos escenarios tan míticos, tan maravillosos, y no sé si la tendremos de nuevo. Estoy emocionadísimo”, expresa.
– “No cambié ni una sola sílaba” –
Summers no se queja de falta de energía con la demoledora agenda. Explica que carga la batería haciendo boxeo tres veces a la semana.
“Intento estar en forma porque si no no aguanto las piernas”, subraya el cantante que no tiene pensado retirarse: “El secreto es no parar nunca, si paras te mueres”.
Se enorgullece de no pertenecer al “sistema de la industria musical”: Hombres G es una banda “antisistema”.
“No tenemos una compañía discográfica porque no queremos, no tenemos mánager porque no queremos, y tenemos una sola manera de trabajar que es la manejamos nosotros a nuestro antojo: grabamos un disco cuando nos da la gana, salimos de gira cuando queremos (…) y así nos va de maravilla”.
Asegura que los premios y reconocimientos no le quitan el sueño, aunque no oculta su alegría -y sorpresa- de haber recibido en 2017 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el máximo premio que concede la cultura en España.
“Cuando ya eres viejo te dan los premios”, lanzó en tono de broma.
Recuerda además la censura a las que fueron sometidas muchas de sus canciones en América Latina.
Se quitaron palabras como “mamón” en “Devuélveme a mi chica” o “sujetador” en “Suéltale el pelo”, así como la introducción de “Venezia”.
“Me parecía divertidísimo, surrealista, pero luego entendí, porque las palabras tienen un significado diferente”. Con todo, “no cambié ni una sola sílaba”.
“No cambié mi manera de escribir, reconozco que uso palabras sonantes pero lo hago para darle veracidad a lo que estoy diciendo porque hablo con ese tipo de palabras y tengo que usarlas para expresarme”.
Hoy, asegura, escribe letras “más reflexivas, más para un tío de 54 años”.
Y para los curiosos, ¿se fue con un niño pijo?
“Sí, sí se fue, pero gracias a Dios”.
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