Por: Iván Escobar
La literatura nos da el placer de conocer mundos, personas y culturas en general, pero cuando viajamos para escribir, el mundo se vuelve tan complejo y maravilloso que nos permite creer en la vida. Eso le ha pasado a Rubén Fernández Seppi, autor de dos libros que contienen crónicas y aventuras de sus más grandes viajes, actualmente recorre América Central y otros lugares para escribir otro libro, del que aún no tiene un nombre.
Rubén llegó a El Salvador la semana pasada, proveniente de Honduras, como parte de una ruta que desarrolla por la región para dar cierre a su viaje junto con su esposa Mirna, que le acompaña desde su tierra natal desde finales de octubre del presente año, y está por concluir su ruta antes de finalizar el 2024.
Hasta hoy ha recorrido desde Argentina, Neuquén; Chile, Colombia, Panamá, donde visitó Boca de Toro; pasando por Costa Rica, Limón, San José, Liberia; Nicaragua, Managua, León; en Honduras, Choluteca, Tegucigalpa, Comayagua; en El Salvador, San Salvador; y Guatemala donde se encuentra actualmente y terminará su recorrido en la zona sur de México, Cancún, para retornar a la Argentina y comenzar la nueva aventura, redactar todas las experiencias vividas, en un cuarto libro.
Ingeniero civil, técnico superior master en gestión empresarial, padre de cuatro hijos, ha viajado por América innumerables veces, Europa, África, Asia y Oceanía (Australia y Nueva Zelanda), y en algunos de estos viajes, la motivación ha sido asistir a los mundiales de futbol.
Así nació su último libro, “De Neuquén a Rusia. El viaje de las mil sensaciones”, publicado en este 2024, y que es el resultado de un viaje en el cual su meta era asistir al mundial, comenta en la publicación que han sido tres libros escritos, pero solo dos han sido publicados.
“América y nuestras almas al desnudo” es el primero que publicó en 2020, que logró concluirlo durante el encierro mundial por la pandemia de COVID-19 que vivió la humanidad.
Este libro contiene relatos de un viaje que Rubén realizó en 1985, junto a un amigo que recientemente falleciera, y le entregará antes de partir, dos manuscritos de tres en los que había documentado la travesía por varios lugares, el escritor.
Durante su estadía en San Salvador, Rubén estuvo motivado en conocer sobre la cultura local, su gente, sus formas de vida, sus lugares turísticos, visitó las playas y en dos de los tres días que estuvo en la ciudad, la Biblioteca Nacional, que tiene un año de construida y es un atractivo turístico para muchos.
“Es un viaje de 50 días, se hace corto el tiempo” comenta mientras planea su partida a la vecina Guatemala, en la cual ya ha llegado, y están por partir con Mirna, hacia la nación azteca, para cerrar el viaje y retorno a su tierra.
“Ha sido sorprendente porque vas viendo las distintas burbujas de cada una de las sociedades” comenta al ser consultado ¿qué le ha parecido esta nueva aventura? “Cada sociedad tiene sus propias creencias y culturas, cuando uno vive en una burbuja naturalmente esos temas se pueden confrontar”, es lo que logra él, asegura al llegar a cada lugar.
Le fascinan los mapas, marca a cada rato sobre ellos, hace transmisiones en vivo desde su red social, para ir documentando, algo que considera fascinante estos días, en comparación a la travesía de 1985, donde todo fue análogo y escrito, fotografías, pero también recopila artículos de prensa, y prendas de cada lugar, porque son insumos ya a la hora de escribir. También hoy en día, va tomando notas en un cuaderno, eso es fundamental, considera.
Esta motivación de hacer este tipo de crónicas fue a partir de que su madre conociera sobre sus viajes, y ella fue importante a la hora de escribirlos, pues era una escritora también, y le dio sus puntos de vista, así mismo otros miembros de su familia se han involucrado y aportado a que sus libros puedan ver la luz, concluye.
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