Caralvá
Intimissimun
En los artículos anteriores hemos recorrido un libro que develaremos su título en el último y IV parte final por algunas de sus palabras, el contenido es una riqueza cultural francesa, un documento que si fuese materia de estudio habría cambiado la vida de muchas personas, pero eso es una condición fuera de este mundo, porque la lectura de un libro acompaña toda la vida.
“de cabecera” es un libro que acompaña al lector toda la vida, así continuamos con las palabras de contenido extraordinario: guindilla, artesonado, naïf, omeya, tisana, balaustrada, charreteras, portapliegos, alamares, sosete, argóticos, reseda, tetina, empollona, chamarileros, arrapiezos, pillastres, bibelots, arrablar, samovar, cenceño, chilaba, babuchas, arzón, jeremiadas, agaragar, holoturias, matapalabras, vigígrafo, clámide, éfodo, poenula, lacema, paludamentum, pretexta, sagum, cervelas, charcutería, remolonea, estarcido, exagüe, ensalmo, nimba, ipomea, escialíticas, go, fuco, gabarras, fudres, difebachia, celerífero, madroños, tiorba, ánade, mezuzá… invito al lector a revisar cada palabra en el diccionario e inmediatamente se transportará a otro nivel de comprensión, en esencia detalles vitales. Algunas palabras son parte de una anécdota que implica un silenciador de palabras, puesto que su oficio es eliminarlas…
En realidad los textos son una parte de la aventura comprensiva similar a: la interiorización, el descubrimiento de las palabras, la metalectura (que acontece cuando el lector interpreta su realidad) y otras.
Un ejercicio es subrayar los libros o marcar párrafos inolvidables, así todos los libros incluyendo los sagrados (en ocasiones puede considerarse profano), connotan nuestra personalidad, casi es un deporte de erudición.
La lectura de tantos conceptos nos conduce a la sistematización, un orden que ampara la clasificación de los textos, así cuando necesitamos consultar un párrafo (subrayado) la localización de cada criterio o mención se facilita, ya no es necesario leer 600 páginas para encontrarla… siempre y cuando recordemos el libro, lo encontremos y su página.
La lectura solo es el inicio de actuar con los ideales de los textos que nos guían, hasta el momento que escribimos nuestra propia vida.
José Francisco Javier Zubiri, fue un filósofo español, maestro de Ignacio Ellacuría, su vida es casi una leyenda, es un mundo de filosofía y acción, aunque en determinado momento algunos prefieren las letras a las realidades, sus argumentos se reflejan en sus ensayos, vienen a referencia a las palabras y actitud frente a la vida.
Si desean profundizar pueden leer la obra completa de Ignacio Ellacuría o el libro Maimónides / Joaquín Lledó – Madrid: Acento Editorial, 2002. – 140 pág. es un viaje a la realidad.
Zubiri anotó: “toda la cultura griega es juvenil: el griego se imaginó la eternidad como un constante volver a comenzar sin menoscabo, como una perenne juventud”…
Así la relectura o “segunda lectura”, que era un antiguo sitio de venta de libros usados, es un reencuentro con ese desafío que nos marca un libro, a fin de cuentas, cada quién sabe sin “mentir” si ha cumplido o no sus metas juveniles o simplemente renunció a un mundo mejor. amazon.com/author/csarcaralv
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Leer parte 1: https://www.diariocolatino.com/de-cabecera-libro-fisico-y-virtual-por-caralva/
Lee la parte 2: https://www.diariocolatino.com/de-cabecera-parte-ii-por-caralva/
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